La costa gallega resulta tan peligrosa que una parte de ella es conocida como Costa da Morte. En la historia de la comunidad algunos nombres se asocian a tragedias medioambientales como Urquiola, Mar Egeo o Prestige. Entre los tres naufragios derramaron en Galicia 245.000 toneladas de petróleo.

Pese a su fama, Galicia no es la zona que más accidentes con vertidos de hidrocarburos ha sufrido. Entre 1991 y 2008, se produjeron en la costa de la comunidad 22 siniestros de los 135 registrados en toda España. La cifra supone menos de la mitad de los 54 registrados en Andalucía, de acuerdo con los datos del Perfil Ambiental de España 2009, del Ministerio de Medio Ambiente y Rural y Marino.

Galicia se mantiene libre de grandes siniestros desde el hundimiento del Prestige, cuyo juicio oral podría iniciarse en el mes noviembre, como informó este diario. El corredor del Estrecho de Gibraltar resulta el punto de mayor tráfico de buques de la costa española, pero proporcionalmente es Galicia la que sufre el mayor riesgo. En la comunidad, uno de cada tres barcos transporta mercancías transporte productos peligrosos, un porcentaje que se reduce a uno de cada cinco en el sur.

De acuerdo con los datos de Salvamento Marítimo, el año pasado transitaron por el corredor de Fisterra 42.354 buques de los que 14.347 transportaban sustancias peligrosas. En este mismo período, frente al sistema de control marítimo de Tarifa navegaron 106.332 navíos, de los que 23.353 navegaban con materiales de riesgo a bordo.

De todas maneras, la seguridad ha ido aumentando con el paso de los años, gracias a medidas como el dispositivo de separación del tráfico marítimo, que ha habilitado cuatro "carriles" de navegación frente a la costa gallega, la más cercana a 21,7 millas de la costa y la más alejada a 39,5, al tiempo que se prohibió la navegación de los buques con monocasco desde el naufragio del Prestige.

Tanto ha mejorado que en 2008 tan sólo se produjo un accidente en la costa española, en aguas de la Comunidad Valenciana, según el documento del Ministerio de Medio Ambiente. Es el año con el menor número de accidentes desde 1991.

Más que accidentes

El texto explica que "no sólo los grandes vertidos de hidrocarburo son consecuencia directa de accidentes de buques petroleros", como ha demostrado la reciente catástrofe de la planta petrolífera de BP en el golfo de México, hundida hace 50 días. La marea negra provocada aún no está controlada.

El documento de Medio Ambiente indica que "en ocasiones son los derrames directos del propio combustible de los buques" los que contaminan más que los naufragios. Desde 2007, los vertidos en las aguas gallegas se duplicaron, pasando de los 54 de aquel año a los cien de 2009, lo que ha genero "preocupación" a la Xunta. Ésta, sin embargo, aún estudia medidas para paliar esta situación. La contaminación por hidrocarburos se mantiene pese a no sufrir otro Prestige.