Desde el punto de vista de las infraestructuras, es decir, de las obras que se necesitan para absorber toda la producción de electricidad en Galicia, el macroconcurso eólico de la Xunta no encontrará problemas. Con el ritmo que llevan las nuevas conexiones con Asturias, la Meseta y la prevista también entre los enlaces internacionales con Portugal, el refuerzo de las líneas clave de la comunidad estará listo en 2016. Red Eléctrica de España (REE) lo deja muy claro. “Estamos trabajando en nuestro ámbito de responsabilidad para que ese objetivo sea viable”, asegura Luis Atienza, presidente de la compañía que se encarga en España del transporte eléctrico. “Con -añade- toda nuestra diligencia”.

El matiz de su “responsabilidad” es importantísimo porque hay muchos factores que se escapan de las competencias de REE y que condicionan la entrada en funcionamiento de los 2.325 megavatios (MW) que la Consellería de Industria quiere repartir antes de que acabe el año. ¿De qué vale duplicar la potencia actual instalada en molinos en la comunidad si no hay suficiente demanda para consumirla entre hogares e industrias? Porque los planes eólicos del Gobierno gallego no son únicos. Cada región tiene los suyos y, a cada cual, más ambicioso, dentro de todo un sistema eléctrico único en todo el país, que tiene que estar siempre ajustado entre lo que se necesita y lo que hay que generar. Por eso Atienza avisa de que la evolución del consumo de electricidad, en horas bajas por la crisis, marcará el ritmo de integración de los nuevos parques eólicos.

A REE no le corresponde decir “cuándo, ni en qué territorios” debe incrementarse la potencia en eólica, recordaba ayer el máximo responsable del grupo, durante la rueda de prensa previa a la Junta de Accionistas que celebra hoy. Claro que los únicos objetivos que tiene marcados actualmente el Ejecutivo central sólo llegan a 2012 con el discutido registro de preasignación de instalaciones renovables y la cuota asignada a Galicia, unos 400 MW en tres años, no llegan ni para empezar a dar entrada a las instalaciones que se admitan en el concurso. Lo mismo ocurre con casi todo el resto de autonomías.

Desajuste

Ante el desajuste de los planes de las administraciones, Atienza evita las polémicas. “El proceso para integrar la planificación de las diferentes comunidades todavía no se ha producido”, insiste, pensando en la aspiración de Industria de alcanzar en 2020 unos 35.000 MW en molinos en tierra y otros 5.000 en el mar. Consciente del choque de intereses que se avecina, el presidente de REE habla de la necesidad de “un consenso, o por lo menos una cooperación o la coordinación”.

En las pautas a tener en cuenta para la integración de los planes de la Xunta para recuperar el liderazgo en el negocio del viento con un total de 6.500 MW en funcionamiento, Red Eléctrica incluye “la sostenibilidad técnica global” del sistema eléctrico español. Un equilibrio que mira de frente a la evolución de la demanda energética. “Si se recupera, la capacidad de integración de más renovables es mayor que si se estanca”, explica. Tras ejercicios de incremento disparado, la difícil situación económica, con el parón empresarial y la contención entre las familias, provocó una caída en picado del consumo del 4,5% en 2009.

¿Qué está ocurriendo este año? Pues que el comportamiento es muchísimo mejor de lo esperado. En el primer cuatrimestre se acumula una subida, corregida ya la comparación con el mismo periodo del año anterior por días laborables y la temperatura, del 3,5%. Por eso, de un pronóstico inicial de que la evolución durante 2010 en la demanda de electricidad sería plana, REE ha decidido revisar sus previsiones hasta un aumento del 1,5% a cierre del ejercicio, con la posibilidad incluso de que haya alguna otra corrección al alza en los próximos meses.

La subida es todavía mayor en el ejemplo concreto de las grandes industrias que más consumen, como el caso de Alúmina en Galicia, con un aumento en el conjunto del sector del 20%. Pero, ojo. Los datos pueden dar a engaño. Son aumentos siempre en relación al gasto del pasado año, muy bajo si echamos la vista atrás en la histórica de la demanda. De ahí que a día de hoy suponga un hándicap para el crecimiento previsto en la generación con viento en la comunidad.

Incentivar el bombeo

Un tipo de energía, además, muy compleja de gestionar. Por ejemplo: su aportación es mayor generalmente durante la noche, cuando menos se necesitan grandes dosis de energía porque el consumo está en mínimos. Las empresas paran y el tirón doméstico duerme. La única forma que actualmente tiene el sistema para almacenar, a la espera del impulso al coche eléctrico, es el bombeo. Un sistema vinculado a las centrales hidroeléctricas que permiten, además de la labor de las presas -aportar energía desembalsando-, hacer el movimiento a la inversa. Gastar electricidad recuperando el agua a su balsa cuando el sistema necesita que se consuma para no perder energía.

Y ahí REE sí que habla, porque entra en juego la gestión del transporte. Su tarea de hacer viables los objetivos en materia de renovables. “Es imposible, y en particular de la eólica, sin aumentar nuestra capacidad de almacenamiento”, señala Atienza.

El bombeo se ha convertido en “una herramienta fundamental” hasta el punto de que el presidente de la compañía apuesta por “señales económicas” para asegurar que hasta 2016 se duplique el número de hidroeléctricas con este sistema. O lo que es lo mismo, incentivar su construcción o aprovechando ya las presas existentes. Hay tres instalaciones de bombeo en Galicia, y la recomendación de REE podría influir si finalmente la Xunta decide reabrir las concesiones de nuevos embalses años paralizadas. “El bombeo ha pasado a ser un instrumento vital para minimizar el riesgo de vertido de la energía eólica”, avisa. Porque ése es otro de los principales obstáculos al que se enfrentan los promotores del sector del viento. Los apagados de parques por exceso de producción ya no son tan anecdóticos como años atrás.