Las delegaciones de Caixanova y Caixa Galicia retomarán el jueves por la tarde los contactos para explorar la posibilidad de un proyecto común. Será el quinto encuentro y llegarán a la sesión de trabajo con dos visiones muy diferentes de la marcha de las conversaciones.

Para Caixanova, “no hay avances ni cesiones” por su parte, y la clave de si la operación saldrá adelante está en si la fusión es “solvente” y si Caixa Galicia acepta una operación liderada desde el sur.

Caixa Galicia, en cambio, advierte “algún progreso” en el terreno del reparto del reparto de poder y sigue insistiendo en que la fusión debe ser “paritaria”.

“Una cosa es hablar y otra avanzar”, advertían ayer fuentes próximas a las negociaciones, y por el momento, y tras cuatro reuniones en Santiago, “no hay nada significativo”, y “mucho menos acuerdos cerrados”, confirmaban ayer las mismas fuentes, que en todo caso pedían “prudencia”, pues igual que decía el propio presidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, un día antes, los contactos están en “momentos iniciales”.

Una versión más optimista se ofrecía desde el norte y también desde fuentes próximas a la Xunta, que puntualmente es informada de cómo van los contactos.

¿Acuerdo para que la sede fiscal esté en Santiago y la sede operativa se alterne entre Vigo y A Coruña? Con “hilaridad” se recibe ese supuesto pacto en Caixanova, pues es “falso”, garantizan y presentan esa opción como “el deseo” de algunos no como una realidad, igual que un posible acuerdo para pedir al Banco de España sólo entre 1.200 millones y 1.500 millones de euros para sacar adelante el proyecto común. La cantidad es “insuficiente” y las cuentas de la alianza son “el gran problema”, insisten.

Hoja de ruta

“Caixanova tiene su hoja de ruta, no la ha abandonado y sigue las directrices del Banco de España, que le ha pedido que pilote la operación”, explicaban ayer desde Vigo. Insistían en que hay abiertas unas negociaciones en las que logicamente siempre hay “un recorrido”,pero en este caso “pequeño para las cesiones”.

Por ejemplo, Caixanova propone que en el futuro consejo de administración haya 19 consejeros suyos y cinco de Caixa Galicia, pero estaría dispuesta a que la caja del norte contase con un consejero más, pero siempre que Caixanova mantuviese la mayoría en el órgano de dirección. También plantea un periodo de transición de cinco años para poner en marcha la nueva entidad, pero éste podría acortarse.

“Hay una receptividad grande por parte de Caixa Galicia”, explican fuentes cercanas a la negociación, pero “no entra a fondo en las cuestiones importantes que está plantenado Caixanova”.