Considerado uno de los ayuntamientos más turísticos de Galicia, con mayor presión del ladrillo y también como el paradigma de los abusos en la construcción, la Xunta le ha metido un tijeretazo de órdago a los planes urbanísticos del concello de Sanxenxo. De un plumazo y a través del Plan de Ordenación del Litoral (POL), el Gobierno gallego pretende prohibir la construcción, en 535,37 hectáreas que el Ayuntamiento tiene clasificadas actualmente como suelo urbanizare o urbano no consolidado.

La cifra de por sí ya es significativa, pero alcanza su verdadera dimensión cuando se compara con la implicación del POL para el resto de municipios de las Rías Baixas. Es el ayuntamiento de Pontevedra, y con diferencia, más afectado por las restricciones el Plan del Litoral. La superficie urbanizable que se suprimirá en este municipio representa el 42% del total del suelo vetado al ladrillo en la provincia de Pontevedra (1.274,7 hectáreas) y el 17,8% de toda Galicia.

Que el ayuntamiento de Sanxenxo esté gobernado por el PP y que lleve con el bastón de mando desde mediados de los años noventa no ha sido excusa para que la Xunta le meta un tremendo hachazo a su desarrollo urbanístico. No obstante, el POL es un documento previo y debe pasar todavía por el proceso de negociación con los municipios, por lo que se podrían modificar las cifras finales.

Pero en principio, la Xunta pretende anular la mitad del suelo urbanizable aprobado por el Concello de Sanxenxo, que con 1.099 hectáreas es el segundo de mayor envergadura de la provincia de Pontevedra, sólo superado por Vilagarcía, con 1.158 hectáreas aptas para edificar.

De las 535 hectáreas que se vetarán al ladrillo en Sanxenxo, 120 se encuentran a menos de 500 metros de la primera línea de playa, lo que da una idea de sus prioridades urbanísticas, centradas en ocupar la fachada marítima. Y a mayores, en otras 148 hectáreas, el Gobierno gallego impondrá severas restricciones a la construcción.

El hachazo de la Xunta a los planes urbanísticos municipales también es destacable en Vilagarcía y Vigo, y a a mayor distancia, en Meaño y Poio, que son los ayuntamientos de Pontevedra que más colisionan con las previsiones del Plan de Ordenación del Litoral.

El tijeretazo será importante en Vilagarcía. El POL bloqueará el urbanismo en 317,35 hectáreas calificadas como urbanizables –68 de ellas ubicadas en los primeros 500 metros de litoral–, lo que supone reducir en un tercio la superficie urbanizable de este municipio. Este ayuntamiento gobernado por el PSOE acapara el 17,8% del suelo vetado al urbanismo en la provincia de Pontevedra y el 10,5% de toda Galicia.

Si se suma la afectación del POL a Sanxenxo y Vilargarcía, las cifras son de impacto. Estos dos municipios albergan el 66,8% y el 28,3% de toda la superficie de Pontevedra y Galicia, respectivamente, que la Xunta apartará del ladrillo para preservar el entorno natural.

El tercer concello más afectado por el Plan del Litoral es Vigo, con 119,14 hectáreas que se bloquearán a la edificación, de las cuales 27 se sitúan a menos de 500 metros de la playa. Eso sí, en otras 165 hectáreas, las construcción podrá continuar pero con restricciones y en las 534,8 restantes la Xunta no pondrá objeciones al planeamiento actual.

En los demás ayuntamientos de Pontevedra regulados por el POL, la implicación será ya mucho menor o nula. En O Grove, Marín, O Rosal y Vilaboa no tendrá impacto porque, por distintas razones, no disponen de suelo urbanizable. Y en otros, la afectación del POL es meramente testimonial, como en Valga, donde se establecen restricciones pero ninguna prohibición, en Soutomaior, donde se bloquean 500 metros cuadrados, en Cambados, donde la prohibición afecta sólo a 5.300 metros cuadrados o en Ribadumia, donde el veto a la construcción no llega a la hectárea.

Resulta significativo el grado de afección al concello de Meaño, un ayuntamiento con un estrecho tramo de contacto con el mar. Pero la Xunta pretende prohibir la construcción en 77 hectáreas urbanizables, 17 de ellas situadas a menos de 500 metros del mar. El resto se corresponde con suelos ubicados en las márgenes de los ríos, que también se quieren apartar de la construcción. El caso es que a Meaño el POL le supondrá renunciar a la mitad del suelo actualmente urbanizable, una situación en la que se encuentran además Sanxenxo y Catoira. En este último, la Xunta propone bloquear el urbanismo en 24 de sus 43 hectáreas edificables.

En Poio, el área de protección total asciende a 42,5 hectáreas, de las cuales 16 conforman la primera línea de playa.

En otros ayuntamientos de atractivo turístico y urbanístico las restricciones son menores. Es el caso de Cangas (se bloquean 27 hectáreas, 19 de ellas a menos de 500 metros del mar), Bueu (26 hectáreas), Catoira (24), Nigrán (21), A Illa de Arousa (19,3), Pontevedra (17,1), Moaña (16) o Baiona (11,84).

En cifras generales, el Plan del Litoral supondrá anular el 31% del suelo urbanizable en la provincia de Pontevedra, que con sus 1.275,7 hectáreas representa el 42% de toda la costa gallega, donde la Xunta pretende evitar la construcción en 3.000 hectáreas.