El presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, le marcó ayer como objetivo al nuevo presidente de los populares ourensanos, José Manuel Baltar, recuperar la alcaldía de Ourense para el Partido Popular, así como mantener el "peso" que tiene en la provincia y revalidar las sucesivas victorias electorales de su padre José Luis Baltar. "No vale de nada ganar congresos si no ganamos elecciones", fue el mensaje que le dejó al nuevo líder del PP de Ourense.

Así, después de consumarse el triunfo del baltarismo, con la sucesión del hijo por el padre, y frente al candidato que contó con el respaldo de la ejecutiva gallega para intentar dar un cambio en el PP ourensano, advirtió que una cosa es ganar un congreso y otra son las victorias electorales, que "no son de los dirigentes, sino de todos los afiliados, a los que nos debemos".

Y aunque Núñez Feijóo dijo que venía con "un único discurso" con independencia de quién fuese el ganador, quiso reforzar el mensaje de integración, y evitar que se margine a los militantes que apoyaron a Jiménez Morán. "Sé lo que pasa en Ourense, soy de aquí, y siempre estuvimos a la altura de las circunstancias, y espero que en esta ocasión también", dijo.

Eso le llevó a pedir a Baltar Blanco, al que felicitó por su victoria, que cuente con toda la militancia, y Jiménez, al que también felicitó por presentar una candidatura alternativa, que se ponga a disposición del nuevo presidente, ya que eso es lo que "piden y exigen" todos los afiliados que "están pendientes de vosotros".

Pero una de las conclusiones que extrajo del congreso es que el partido Popular " no es un partido de los caciques que deciden con el dedo quién es el presidente", y que nadie puede dudar de que "hay primarias", aunque lo que sí se puso de manifiesto es que el baltarismo le plantó cara a la dirección gallega y nacional, colocando en la presidencia al hijo del barón popular durante los últimos 20 años.

Feijóo apeló a la necesidad de mantener los principios que se sustentan en "el galleguismo y reformismo", que se convierten en las claves del éxito electoral, para recalcar que el congreso de Ourense concluyó con la victoria de la democracia interna y que ese "debe unir a todos". Y espera que sea el inicio de una nueva etapa de victorias y éxito que, subrayó, "depende de todos nosotros", para recordar que "ganar no es fácil ni casual, tiene que haber un partido detrás".

Pero fue el secretario de los populares gallegos, Alfonso Rueda, el encargado de enviar mensajes claros sobre las consecuencias del congreso. "Tenemos que tener la inteligencia suficiente para entender los resultados", después de que la candidatura apadrinada por la dirección regional se quedase en el 36,05 por ciento, mientras que la maquinaria del baltarismo, comandada por el barón popular, José Luis Baltar, lograse aupar con el 60,19 por ciento a su hijo a la presidencia.

Después de subrayar que el presidente es José Manuel Baltar, el verdadero ganador es el Partido Popular, reconoció que las semanas anteriores a la celebración del congreso "no fueron fáciles para mucha gente", y que no tendría sentido "ignorar la tensión que hubo, y que no se debió producir".

Por su parte, Jiménez Morán confía en que no rueden cabezas después de la tensa y enredada campaña. "Espero que no exista revanchismo, pues eso sería muy malo para el partido", sentenció el candidato perdedor, mientras recordaba que no es lo mismo 60-40 que el 100 por cien. Y, al igual que lo habían señalado con anterioridad Feijóo y Rueda, proclamó la necesidad de ir unidos para ganar las próximas elecciones.

Su ideario dijo sigue siendo el mismo, y quiere pertenecer a un partido que sea de las bases, con, "galleguista, popular y reformista", y en el que no se discrimine a la gente por discrepar, y mucho menos que se los acuse de "traidores" como ocurrió durante la campaña.