La presentación en la recta final del año de la nueva normativa del idioma diseñada por el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo, uno de sus compromisos de campaña, pondrá fin al decreto del gallego que el Bipartito estrenó en 2007.

El todavía actual marco regulador de las dos lenguas cooficiales de la comunidad, que fijó por primera vez en la historia un mínimo del 50% de las asignaturas en gallego, ha tenido una vida corta: sólo tres cursos académicos. La aplicación de la ordenación autonómica con la que se instalaba el fifty-fifty (mitad en gallego y mitad en castellano) ha sido fugaz en comparación con los 12 años de existencia del decreto del 95 del Ejecutivo de Manuel Fraga.

Desde 1995 hasta 2007, la presencia del gallego en las aulas rondaba el 35%. En los últimos dos años y medio este porcentaje se había ampliado hasta el 50%, en aplicación del Plan xeral de normalización da lingua galega aprobado por unanimidad en el Parlamento en 2004. Ambos decretos tomaron como referencia la Lei 3/1983 de Nomalización Lingüística de Galicia, defendiendo "la competencia plena de las dos lenguas al terminar la educación obligatoria" e impidiendo "la separación en centros o aulas diferentes por razón de lengua".

La normativa vigente del 50% tiene sus días contados. El actual Gobierno autonómico prevé presentar en el Consello de la Xunta de mañana (el último del año) un decreto renovado, con un reparto lingüístico diferente, que los centros tendrán que cumplir el próximo curso.

El contenido del nuevo modelo es todavía una incógnita. El consenso con los agentes sociales (docentes, padres, sindicatos, mesa sectorial...) se buscará, en esta ocasión, a posteriori. Una vez presentado, coincidiendo con la etapa vacacional de Navidad, comenzarán las reuniones para su visto bueno, una ronda que, según los sindicatos de docentes y la oposición, debería haberse convocado "antes de su presentación oficial en Consello de la Xunta". Según el PPdeG, el borrador del nuevo decreto acabará con "los restos de la imposición", convirtiendo el gallego "en nexo entre habitantes, desde la libertad, y no como elemento de confrontación".

Plasmar las posturas de los agentes sociales y de los distintos movimientos pro-gallego o pro-castellano constituidos desde el pasado mes de marzo "no es tarea fácil", según los sindicatos de docentes. El actual Gobierno prometió una enseñanza trilingüe y la opción de que los padres elijan el idioma.

Algunos borradores que han pasado por las manos del presidente, según fuentes próximas a la Administración autonómica, se decantaban por la fórmula de los tercios: uno en gallego, otro en castellano y el tercero en inglés por la vía de la inmersión, de modo que si faltan profesores de lengua extranjera se complete ese 33% en gallego o castellano, un reparto que decidirían los centros y los padres. Otra de las opciones barajadas fija un 30% de gallego, 30% de castellano, 30% de inglés y el 10% restante a repartir entre las lenguas cooficiales. Hay quien habla de un 40% (gallego), 40% (castellano) y 20% (inglés). De ser así, ¿qué protagonismo tendrán los padres en la elección de materias en las diferentes etapas? ¿Sólo en Infantil?

La plataforma Queremos Galego anuncia que saldrá a la calle si se reduce el porcentaje de materias en gallego. En el lado opuesto, Galicia Bilingüe exige que los padres puedan elegir el idioma de las troncales.