Con casi 1.500 kilómetros de costa, y uno de los mares más bravos del planeta, el Atlántico, la comunidad es a priori un caramelo para el aprovechamiento de las olas como fuente de electricidad. Y efectivamente lo es, aunque depende de la zona elegida. Meteogalicia y el Instituto Enerxégico Galego (Inega) acaban de elaborar el primer mapa que identifica las mejores localizaciones para el negocio de la undimotriz, la futura apuesta en el campo de las renovables y que según la UE podría aportar la mitad de todo el consumo eléctrico en el continente. Los expertos concluyen que por su alto índice de magnitud y pese a la gran variabilidad de la potencia en función de las estaciones, el litoral de Galicia "ofrece unas prestaciones favorables para el estudio y desarrollo de iniciativas de investigación con distintas tecnologías de prototipos a escala". Una ola puede generar al año tanta electricidad como cuatro grandes parques eólicos.

Allí, los puntos de mayor potencial, los valores se mueven entre los 10 kilowatios (kw) de electricidad por cada metro de ola en los meses de verano, hasta los 80-110 en el invierno, con una media anual que se mueve entre los 50 y los 60 kw/h. La diferencia según el momento del año es muy elevada, según los meteorólogos. Incluso hay meses en los que supera una diferencia de 100 kw/m. ¿Qué cantidad de electricidad podría acumularse con sistemas de captación en Costa da Morte y entre Cabo Prior y Ortegal? Pues en un año normal, sin grandes fenómenos climáticos, hasta 400 gigavatios hora (Gwh) por cada metro de ola, la producción de cuatro parques eólicos con 50 MW instalados cada uno.

Una de las principales aportaciones del atlas de Meteogalicia y el Inega –en el que se han tenido en cuenta los datos de observación del mar en la costa de la comunidad desde 2005 hasta la actualidad– es la variabilidad espacial y temporal de la potencia. Con muchos detalles.

Por eso cualquier empresa interesada en probar debería tener en cuenta la presencia de los llamados accidentes geográficos. "Por ejemplo –explican los encargados del estudio–, las rías constituyen una barrera natural para la propagación de las olas hacia la costa". A lo que se añade que la profundidad media en estas áreas es menor y se acentúa la pérdida de energía al rozar con el fondo. Ésa es la clave que podría frenar un proyecto de undimotriz en las rías de Vilagarcía, Pontevedra y Vigo. Las penínsulas del Barbanza, Salnés y O Morrazo actúan, respectivamente, de freno y en muchos casos el efecto se refuerza por la presencia de las Illas Atlánticas.

Más al norte, Cabo Fisterra funciona de pantalla natural de forma "notable" a la ensenada de Corcubión. Sólo la ría de Muros en el litoral norte de la península del Barbanza registra valores de potencia de las olas "más altos" que en otros lugares de esa misma área. Entre los 50 y los 65 kw/m en el mes más intenso, en enero.

Como hándicap también, la particular orientación de la línea de costa. La dirección predominante de las olas es norte-noroeste, "con lo que las zonas con diferente orientación se constituyen en zonas de sombra", según Meteogalicia. Una condición que cumple la región comprendida entre Cabo Fisterra y Illas Sisargas –con la excepción de las rías de Corme y Laxe y Camariñas– y entre Cabo Prior y Ortegal. La comparativa de potencia es muy clara. En estos puntos se alcanzan los 70-90 kw/m, frente a los 65 kw/m de pico máximo registrados en los puntos más favorables de las Rías Baixas en enero. Por detrás de las Sisargas hay, sin embargo, una amplia zona de sombra, en parte de la costa de la comarca de Bergantiños, y en las rías de Ares, Betanzos y Ferrol.

El análisis de las diferencias entre meses y estaciones es también clave. Poco tiene que ver la intensidad de las olas en enero, con valores medios de 100 kw/m, con los entre 15-25 en los que oscila la potencia en los meses de verano.