El vertido químico al río Ulla que dejó sin agua a toda la comarca de O Salnés en 2006, la muerte de 18.000 peces en el río Barbaña el pasado mes de junio, la contaminación del Verdugo este verano o la fuga de gasoil que alcanzó el cauce del Miño esta misma semana. Son sólo algunas muestras de los vertidos que se producen cada año a los ríos gallegos aunque muchos de ellos ni siquiera llegan a detectarse. Esta situación, sin embargo, cambiará a finales del próximo verano. Para entonces, la Xunta prevé la puesta en funcionamiento de una red pionera que permitirá el control instantáneo de la calidad de las aguas y los vertidos en la cuenca Galicia-Costa, la única de competencia autonómica.

El nuevo sistema, incluido en el Plan Hidrolóxico de la Xunta, se basará en estaciones totalmente automatizadas, lo que permitirá no sólo realizar controles más frecuentes, sino también agilizar los mecanismos de detección y alerta en caso de que haya alguna incidencia que altere el estado natural del río.

Desde la Consellería de Medio Ambiente justifican la necesidad de automatizar todo el sistema de seguimiento y control de los ríos en la "densidad de la red fluvial existente en la Demarcación Hidrográfica Galicia-Costa", una característica que, argumentan, "dificulta su vigilancia de modo continuado por parte del personal de campo".

En nuevo sistema permitirá "un mayor y más exhaustivo control de la calidad de las aguas de los ríos de Galicia-Costa y la detección de vertidos contaminantes al dominio público, a efectos de exigir las correspondientes responsabilidades", como explican fuentes de Medio Ambiente.

En total, está previsto que se instalen 39 puntos de control en "zonas estratégicamente seleccionadas" de 20 cuencas fluviales. Ésta es, precisamente, la fase en la que trabaja ahora la adjudicataria de las actuaciones, AFC Ingenieros. Para ello, técnicos de la empresa ya están realizando "inspecciones de campo" para determinar cuáles son los lugares más apropiados para ubicar los puntos de control.

Una vez estén en funcionamiento, cada una de estas estaciones realizará mediciones continuas del agua y transmitirá cada 10 minutos toda la información a un Centro de Procesado de Datos. En cuanto se detecte la presencia de agentes contaminantes, el sistema emitirá una "comunicación de alarma" que activará el protocolo de intervención para comprobar in situ los datos y adoptar las medidas pertinentes.