Alberto González es policía municipal en Santiago de Compostela. En unos días tendrá en su garaje el coche por el que pujó hace dos semanas en San Caetano; un vehículo en el que ex presidentes de la Xunta, como Emilio Pérez Touriño y Manuel Fraga, y sus respectivos conselleiros, en función del turno, recorrieron Galicia para presentar actos, levantar primeras piedras, gestionar temas puntuales en los más de 300 concellos de la comunidad o lograr votos en época de campaña.

–¿Qué le llevó a acudir a la puja de San Caetano?

–Yo ya tengo coche. Pero me surgió una necesidad personal y hacía meses que estaba pensando en coger un vehículo de mayores dimensiones porque me hace falta para un tema puntual. Me enteré por la prensa de que la Xunta iba a subastar los Audi y me presenté allí, como un particular más, vamos. Quiero que quede claro que no conozco a ningún político; fue a título personal.

–¿Cuánto dinero tuvo que adelantar?

–Un 20% del valor del coche que quería: algo más de 1.000 euros. Me pillé uno de los más asequibles: un A8 con más de 200.000 kilómetros por 9.830 euros. No tuve competidores, fui el único interesado. Está bien. Estoy contento.

–¿Le emociona pensar que ya es suyo "el coche del presidente"?

–¡Qué va! Yo soy muy normalito, no soy fetichista, para nada. Me da igual que haya sido del presidente o de otra persona cualquiera. Siempre habrá alguien que te haga la coña pero yo soy práctico: necesitaba un coche bueno y punto.