El Club de Economía de Iñás, que aglutina al 20% del PIB gallego y preside el director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, recibió ayer la visita de tres políticos, dos del PP y uno del PSOE que aparcaron sus diferencias ideológicas para elaborar un estudio sobre el futuro de las cajas de ahorro y trasladar al empresariado gallego que las recetas de una sola caja o dos dependen sobre todo de cuál sea el objetivo. El diputado del PP, Vicente Martínez Pujalte; su compañera, Ana Torme, y el ex ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, son coautores —junto con otros siete analistas— de Pasado, presente y futuro de las cajas de ahorro, un análisis del sistema financiero español y del papel que las cajas han jugado que sin embargo aporta pocas recetas claras para el modelo gallego. Y es que los autores evitan —tanto en el libro como al responder a los periodistas— entrar en el debate sobre la fusión, pero advierten de que la elección del modelo futuro debe hacerse sin injerencias partidarias y en función del papel que quieran jugar Caixa Galicia y Caixanova en el sistema financiero español. ¿Les interesa y están capacitadas para unirse y competir con las grandes o permanecer en solitario? La solución, dice Martínez Pujalte, debe partir de los órganos de gobierno de las entidades y —añade Sevilla— huir de lecturas como "unos ganamos a costa de otros".

El diputado del PP advierte de que la fusión de dos cajas de la misma comunidad autónoma "no es buena ni mala". Depende. Porque la fusión es un "instrumento" que las entidades tienen "para desempeñar un rol en el futuro" y que forma parte de su estrategia. "La fusión de dos cajas dentro de un propio territorio pueden ser positiva para conseguir tamaño y jugar en otra división, la no fusión también puede ser positiva si las cajas se circunscriben a jugar un papel en otra división", explica el diputado conservador, quien sin embargo sí se opone al modelo de unión que busque convertir las cajas en "bancos de desarrollo regional; entidades públicas al servicio del gobierno autonómico". ¿Por qué? Porque la experiencia de esta vía es mala. "Hay que profesionalizar y despolitizar las instituciones financieras", sentencia.

El ex ministro y también economista defiende que las fusiones se realicen por criterios de eficiencia, y aunque reconoce que las integraciones son un camino para conseguir "un sistema financiero fuerte y sólido", apuesta porque se decidan con "consenso político" pero según "criterios técnicos" para que las entidades cumplan su función: "dar crédito a un ritmo superior al que están dando ya" y "contribuir al crecimiento de la economía española". Jordi Sevilla defiende a la hora de planificar fusiones la búsqueda de sinergias. "El criterio que hay que ver en una fusión es que las dos entidades juntas sumen más que dos o que tres [según el caso]. A veces lo más fácil y adecuado es lo que tenemos más cerca y a veces no, a veces lo que tenemos más cerca es la primera etapa para luego ver más adelante", remarcó Sevilla

Pero ¿y a la hora de decidir? ¿debe primar la operación que genere más consenso o la técnicamente más aconsejable? Pues de nuevo hay que ir al término medio. "Hay que buscar un acuerdo entre el abanico de posibilidades que ofrecen las soluciones técnicas con el abanico de opciones que desde la política se tienen que dar", expone el ex ministro de Administraciones Públicas, quien sin embargo recomienda que se evite convertir las cajas en la munición de la guerra política.