De la primera a la última palabra, sin excepciones, la Cámara de Comercio de Ourense suscribe el planteamiento del Círculo de Empresarios-Club Financiero de Vigo sobre una posible fusión de las cajas gallegas. Por el fuerte impacto para el empleo, para la financiación al tejido productivo de la comunidad, por el freno para la competitividad y la obra social. "No es el momento", defiende Ovidio Fernández, presidente de la entidad cameral. Sus argumentos coinciden con el discurso de la organización viguesa. Sobre todo, en un escenario de grave crisis. "Los tiempos dirán lo que puede suceder en el futuro –añade–. Pero hoy por hoy, no hay ninguna necesidad de fusión, ni siquiera nos debería preocupar".

Con la vista puesta en las anteriores fusiones en Galicia, el máximo responsable de la Cámara de Comercio de Ourense reclama que en el debate abierto se tengan muy en cuenta las diferencias con otros territorios con entidades "debilitadas" por "algunas desafortunadas gestiones". "No podemos homologar la situación", asegura. El tiempo ha demostrado, según Ovidio Fernández, el acierto de la reconfiguración del mapa financiero gallego porque entonces "lo que se buscaba era aumentar la capacidad económica para distribuir mejor". "Y ahora no es el caso, hay tranquilidad absoluta con nuestras cajas", reitera.

En la agenda de las principales organizaciones empresariales de Galicia, el futuro de las cajas de ahorros es asunto prioritario. La Cámara de Comercio de Vigo pretende reunirse hoy "o mañana como muy tarde" para fijar una postura en la recta final de los tiempos marcados por la Xunta. Antes de que acabe el año habrá pronunciamiento del Gobierno gallego y en ese plazo insiste el presidente. "No vamos a seguir ninguna otra indicación que el interés de las empresas, de los ahorradores y de la economía gallega", afirma Alberto Núñez Feijóo. El objetivo es "evaluar y analizar" para dar con "la mejor solución" y de la mano del Banco de España.

En la mesa de juego pone el líder de la patronal ourensana los criterios que, "en todo proceso empresarial", deberían inspirar una decisión como la que hay que tomar con Caixanova y Caixa Galicia. "Primero, que hay muchísimos matices y que para hablar con rigor hay que conocerlos todos y estar dentro", sostiene Francisco Rodríguez. Por eso señala una y otra vez más, lo imprescindible que es hablar "desde la prudencia". "Lo más importante es analizar si una fusión de empresas tiene más ventajas que la situación inicial, de lo contrario no tiene sentido", explica. En caso de que así fuera, hay que madurar tres ingredientes: la viabilidad, la eficacia y la eficiencia. A partir de ahí, su opinión personal. "Si pueden seguir como están ahora, mejor que sigan", señala.

Desde la cautela, la posición también de la Confederación de Empresarios de Pontevedra y Vigo. Su pronunciamiento tardará en llegar lo que dure el estudio "jurídico, económico y social" que la patronal pontevedresa encargó a una consultora. "Lo que valen son los criterios empresariales y de negocio, no el corazón", dice su presidente, José Manuel Fernández Alvariño. Sin olvidar "la independencia". "Aquí tiene que hablar la Xunta y el Banco de España y luego las confederaciones de empresarios y las cámaras, pensando en lo mejor para toda Galicia", destaca. Fernández Alvariño, miembro de la junta directiva del Club Financiero que el pasado martes firmó un posicionamiento claro y rotundo contra la fusión, descarta que el telón de fondo del debate esté en las diferencias territoriales. "Son dos cajas muy bien posicionadas, muy bien gestionadas y, muy importante, muy poco politizadas, a partir de ahí esperaremos al resultado de nuestro informe", asegura.

La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) no opina. Aunque poco, sí lo hace su responsable, pero "personalmente". "Las dos cajas gozan de una estupenda salud y personalmente me gustaría que las dos pudieran liderar procesos", sostiene Antonio Fontenla. Incluso aporta ideas. Que Caixanova absorba Caja Cantabria y que Caixa Galicia vaya a por Cajastur. Y la posibilidad "mejor" de tener tres entidades "siempre que la situación fuese favorable". "No quiero que nadie colonice las cajas gallegas", afirma cuestionado por un proceso de integración con una caja de fuera. Donde Fontenla no se muerde la lengua es en analizar el posicionamiento del Club Financiero: "Es una valoración de unos pocos empresarios, los que votaron no son la mayoría de los empresarios vigueses, sino los que estuvieron en el Club Financiero".

La misma postura sobre el puzzle tiene la Confederación de Jóvenes Empresarios. Su presidente, Daniel Ramos, suscribe la negativa de la CEG a interferir en el proceso, aunque recuerda "la importancia de la competencia" para "generar beneficios empresariales".

"Quien tiene que señalar las conveniencias –recalca Abel Caballero, alcalde de Vigo– son el Banco de España y las propias entidades". Eso sí, el regidor apela a escuchar "las posiciones" de todos para formar su propia opinión. "La relación de Caixanova con la economía del entorno es muy satisfactoria y en esta crisis está aguantando francamente bien –afirma–. Al tiempo, otras instituciones financiera y cajas de otras zonas de Galicia o de fuera, también tienen una relación satisfactoria con la economía viguesa".