Los seis meses en el cargo ya se le notan. Ahora la conselleira de Facenda, Marta Fernández, afronta las entrevistas con total soltura, sin nervios.

-¿Ha tenido que lidiar mucho con los conselleiros para ajustar las cifras? ¿Quién fue el más reacio a los recortes?

-Se portaron bastante bien, tengo que reconocerlo. Es el primero de la historia que se hace con un recorte y el debate político, que ya de por sí encierra todo presupuesto porque lógicamente es el momento de mayor tensión económica-financiera en una administración pública, pues ha sido importante. Lo que ocurre es que teníamos muy claras las prioridades de gasto y, por lo tanto, ha sido un proceso bastante bien coordinado. Pero no hay duda de que esto nos introduce tensiones para el futuro porque son unos recortes de gasto extraordinarios.

-Para que la inversión resulte un 1% superior a la aprobada por el bipartito se incluyen 141 millones de euros que tendrá que aportar la empresa privada. ¿No es un poco de trampa en la presentación de los presupuestos incluir la inversión extrapresupuestaria?

-No. Hablamos de participación pública-privada y es una colaboración ya prevista en la Ley de Contratos del Estado, que fue ensayada por la mayoría de los países de nuestro entorno. Inglaterra tiene una gran experiencia en este tipo de colaboraciones. Incluso el bipartito también ensayó con este modelo. Pero tenemos que analizarlo desde el punto de vista del coste de oportunidad. ¿Qué queremos? ¿Afrontar hoy las inversiones necesarias aprovechando al máximo los fondos de la UE o aplazar estas infraestructuras hasta salir de la crisis? Ésta es la pregunta que tenemos que hacer. El capital privado tiene una oportunidad aquí para financiar las infraestructuras, aunque lógicamente, el servicio queda en la banda de la Administración.

-Las obras que se van encomendar a esta modalidad son de gran relieve, como los hospitales de Vigo y Pontevedra o las vías de alta capacidad de Celanova o Carballo-Berdoias. ¿No tendrán las empresas problemas con la concesión de créditos para afrontar estas obras?

-La respuesta que me dan a mí los bancos es que no falta financiación, que lo que hay son proyectos mal definidos, pero que existen muchos inversores dispuestos a intervenir. Tenemos que pensar que la crisis también es una oportunidad para mucha gente y dentro de la participación público-privada tiene cabida todo tipo de capital. En este momento España en su conjunto representa una magnífica oportunidad para invertir. Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es definir muy bien el proyecto, con todas sus consecuencias económicas y financieras y buscar la mejor licitación. Las entidades financieras tienen claro que quieren participar en este tipo de proyectos y si lo tienen claro, ellos sabrán.

-¿Cuándo cree que Galicia volverá a recuperar el PIB de 2008 o los ingresos?

-Largo me los fías. No lo sé. No podría concretarlo. Creo que ya no vamos a tener el crecimiento que tuvimos ni en Galicia ni en España. Dentro de nuestra situación de crisis hay que distinguir muchas crisis, y entre ellas hablamos de la burbuja inmobiliaria, que estuvo suministrando durante cinco o seis años unos ingresos extraordinarios que venían de la mano del IVA y del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales que ya no va a ser posible recuperarlos porque ese modelo de crecimiento está agotado.

-¿Nunca más se van a recuperar esos niveles de ingresos?

-No lo sabría decir, pero ese nivel de recaudación de IVA y de Impuestos de Transmisiones Patrimoniales, difícil, difícil. La burbuja inmobiliaria se debió aprovechar para reducir el déficit estructural. Aquéllos momentos de bonanza se debieron aprovechar mejor, y no se hizo.

-Las rebajas fiscales quedan aplazadas por la crisis, pero hasta cuándo… ¿Se podrán aplicar al final de la legislatura?

-Pues no lo sé. De momento quedan aplazadas, no nos lo planteamos. Las rebajas fiscales estaban condicionadas a la reforma del modelo de financiación autonómica, y el resultado no ha sido bueno para Galicia

.-Ponga las cifras encima de mesa. ¿El gasto social aumenta o disminuye? Pero en números absolutos, no en el peso que adquieren en el conjunto de los presupuestos.

-No, no. Tenemos que hablar del peso que tienen en los presupuestos. Afrontamos un recorte de gasto extraordinario. Tenemos menos dinero que el año anterior y cuando hay menos fondos tenemos que repartir mejor. En términos globales, el presupuesto tiene una bajada de 107 millones de euros y encima debemos añadir una parte importantísima dedicada a amortizar deuda, de 515 millones de euros. Eso significa una merma de capacidad de gasto que debería sumarse a educación o sanidad. Tenemos que hablar en conjunto del peso del presupuesto, porque el resto es trampa.

-Pero no me ha contestado.

-El gasto social tiene una pequeña diferencia de diez millones de euros. Hablamos de 7.030 millones frente a 7.020. Es una diferencia inapreciable. Y sin embargo aumentamos su peso específico en un 2,1%. Esto representa un esfuerzo extraordinario, bajando el presupuesto del resto de consellerías. Las prioridades de gasto está bien claras.

-Señale algún proyecto que se haya quedado en el cajón por falta de financiación.

-Sí es cierto que un grandísimo proyecto como es la Cidade da Cultura tiene menos presupuesto.

-La reducción no es tanta…

-Pero para lo que requeriría la inversión, sí. La alternativa era seguir con la Cidade da Cultura al ritmo que estaba previsto o ralentizar las obra, pero poniendo en valor sus edificios,

-Se le destinan 44 millones, incluyendo los 9,7 para el acceso. El recorte es de 11 millones con respecto al aprobado por el bipartito.

-El acceso a la Cidade da Cultura es compartido entre la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento de Santiago.