En la agitada reestructuración del mapa de las cajas de ahorros da la sensación de que sólo hay dos caminos posibles para que las entidades ganen liquidez, fortaleza y resistencia ante la importante caída del volumen de negocio por la crisis, especialmente en su caso por la exposición que tenían en sus negocios al sector del ladrillo. La fusión o seguir en solitario. Pero existe una tercera. Y una tercera vía que, además, no tendría por qué suponer ningún quebradero de cabeza para poder acudir al dinero que el Gobierno puso encima de la mesa y así ayudar al sector: los 36.000 millones de euros del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Los negocios se integran, los riesgos se controlan conjuntamente, pero las cajas no pierden su personalidad jurídica. El impacto para la red de sucursales y la plantilla, un problema en los procesos de fusión que están en marcha, es infinitamente menor. Algo que no pasa desapercibido tanto para Caixanova como para Caixa Galicia.

Es lo que en el mundo financiero se llama Sistema Institucional de Protección (SIP). La fórmula por la que van a optar Caja Navarra y Caja Canarias. Seguirán con sus nombres, con sus sedes en sus mercados tradicionales, y en el resto de España, operarán bajo una nueva marca. En esa idea trabaja también Caja Cantabria, que hace unas semanas aprobó en su consejo el inicio de conversaciones "con entre dos cuatro" entidades de ahorro más, "preferiblemente de autonomías uniprovinciales", para abrir una nueva red de negocio.

La tercera vía en cuestión no es nueva. Nació de una directiva de la UE en 2006, a la que se acogieron muchísimos grupos cooperativos financieros europeos y que aquí en España vivió su gran eclosión con la remodelación del escenario de las cajas rurales. El mapa en este caso alcanza las 80 sociedades –las cajas de ahorros son 45– y el diseño de un nuevo reparto del mercado parece inevitable.

¿En qué consiste exactamente el SIP? Pues algo tan sencillo, y a la vez tan complicado, como un contrato. Dos entidades que unen esfuerzos, pero también riesgos. Los protagonistas forman un holding que controla la liquidez y la solvencia de todos los socios a través de un sistema propio de clasificación de riesgos para evitar, por ejemplo, el contagio con productos basura, una de las claves de la actual crisis financiera. Una vez al año, el grupo sacará un informe sobre la evolución de la sociedad. En caso de que alguno de los integrantes quiera abandonar el sistema tendrá que avisar con dos años de antelación. El acceso a los fondos públicos para recibir una inyección de liquidez es inmediato y el Banco de España, último responsable de los movimientos en el sector, suele mirar con buenos ojos este tipo de acuerdos.

Además del mantenimiento de plantillas, oficinas y obra social, la independencia y las mejoras en la gestión y el control interno de la actividad y el ahorro que puede suponer de cara a embarcarse en nuevos negocios, otra de las grandes ventajas es la posición en la que quedan ante las agencias de calificación. Ésas que miden la capacidad de las entidades para hacer frente a sus compromisos. Porque sus notas, el rating, son fundamentales para que otras entidades les presten dinero o puedan seguir buscando financiación en los mercados.

Salgado pide pactos "eficientes" y "no territoriales"

El anuncio de Caja Navarra y Caja Canarias, el primero oficial a través de una integración amparada por el SIP y, además, con carácter interregional, en España, desató una oleada de reacciones. La de la ministra de Economía, precisamente, sobre la cuestión de la territorialidad. Un criterio que para Elena Salgado no puede ser prioritario. Las operaciones, asegura, deben realizarse pensando en "la robustez y la eficiencia", no "en términos de comunidades autónomas".

Tanto el Gobierno navarro como el Cabildo de Gran Canaria dan su aplauso al acuerdo. "Una iniciativa extraordinaria", defiende Miguel Sanz, presidente del Ejecutivo de Navarra y presidente también de la entidad de ahorros regional. El responsable del Cabildo, José Miguel Pérez, habla también de noticias "positivas" y da su respaldo "a todo proceso que tienda a dar mayor solidez y garantía a las entidades financieras" ante la grave crisis.

Los socialistas navarros destacan la "complementariedad" de ambas entidades y la "proyección de futuro" que podrán tener. Nafarroa Bai, sin embargo, asegura que está "sorprendida" por la decisión. "Parece que lo lógico –mantiene su portavoz, Maiorga Ramírez– es una unificación en la que haya cierta cercanía territorial para buscar sinergias".

Feijóo: "Es una fórmula nueva que hay que analizar"

El presidente gallego, Alberto Nüñez Feijóo, se mostró ayer prudente pero abierto a la hora de valorar la alternativa de la SIP como una fórmula de alianza entre cajas sin que sea necesaria la fusión. Feijóo calificó, sin embargo, de "novedosa" esta posibilidad y adelantó su disposición "a analizarla". El Gobierno gallego, en todo caso, esperará un pronunciamiento del Banco de España sobre la viabilidad de esta fórmula para obtener ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), destinado a promover la reestructuración de las entidades de crédito.

La posición del titular de la Xunta fue adelantada por la mañana tras su comparecencia ante los medios después del Consello de Goberno cuando aseguró que la alianza interregional de las cajas constituía "una fórmula novedosa que hay que estudiar". Y horas más tarde, durante la inauguración de la nueva sede del Colegio de Arquitectos de Vigo, repitió su mensaje, aunque añadió un matiz: "Seguimos manteniendo la idea inicial de tener una o dos cajas en Galicia, pero estamos dispuestos a estudiar esta alternativa si no se pierde la identidad gallega de nuestras entidades de ahorro y si antes hay un pronunciamiento claro del Banco de España que garantice que con ella se podrían obtener fondos del FROB".

El presidente gallego hizo pública por primera vez su posición sobre este asunto en una entrevista en FARO, publicada el pasado agosto. Entonces ya adelantó su decisión de que las cajas gallegas no perdiesen su identidad, después de que se hubiesen publicado informaciones sobre la posibilidad de una fusión entre Caja Madrid, Caixa Galicia y la CAM valenciana.