A la patronal gallega no le convencen en absoluto los presupuestos de la Xunta para 2010. Si hace dos semanas su presidente, Antonio Fontenla, calificaba de "inalcanzable" una previsión de crecimiento del PIB del 0,7%, ayer cargó contra el excesivo peso que, a su juicio, representa el gasto social en las cuentas, pues la sanidad, la educación y los servicios sociales se llevan seis de cada diez euros. "En estos momentos a lo mejor hay demasiadas concesiones sociales", declaró el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) tras participar e la presentación de un informe sobre la evolución de los emprendedores el pasado año.

Fontenla considera que en tiempos de crisis resulta más conveniente recortar el gasto social y potenciar la inversión directa, "porque crea empleo y, en cierto modo, es también una manifestación social". "Destinar el 60% del presupuesto a educación, sanidad y servicio sociales es demasiado en estos momentos", insistió Fontenla.

Es más, el presidente de la CEG entiende que ha llegado la hora de aplicar a estos tres sectores "reformas estructurales", aunque no precisó que tipo de cambios pretende. No obstante, cree que su peso presupuestario es excesivo y que deberían ser objeto de recortes, entre otras cosas, porque las transferencias del Estado caerán unos 1.200 millones de euros y la Xunta, para compensarlas, deberá recurrir a la deuda en una cifra todavía por determinar. "El país puede pagar lo que puede pagar, pero no puede pagar más de lo que puede pagar, por lo que se deben adecuar los gastos sociales", concluyó.

Eso sí, felicitó a la conselleira de Facenda, Marta Fernández, por anunciar que iba a revisar a la baja las previsiones de crecimiento del PIB gallego para el próximo año. "Nos parece perfecto, porque el 0,7% era inalcanzable", comentó.

También se pronunció sobre los salarios de los funcionarios, de los que dijo que resulta conveniente "una labor de contención muy importante". Y sobre una posible bajada del conjunto de los salario, Fontenla indicó que a lo mejor hay que hacer una "pequeña regulación", si bien precisó que la patronal nacional todavía no ha fijado su postura.

Ante las declaraciones de recortar el gasto social, el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, que participó en el acto, eludió responder, alegando que él se ocupa sólo de su departamento. De todas formas, desde la Xunta se replicó que el destinar el 60% del presupuesto a gasto social es un objetivo irrenunciable y que no se prevé cambiarlo.

Las críticas más duras las recibió Fontenla del PSOE y de los sindicatos. Para el diputado socialista Abel Losada, el gasto social tiene que ser un "elemento fundamental de la acción política, sobre todo en tiempos de crisis". "Sólo se preocupa del gasto social si es de interés para sus empresas", añadió.

Para CC OO, la propuesta de Fontenla resulta "indecente". "Sólo es concebible desde las perspectiva de que se pretendan deteriorar los servicios públicos para que pueden entrar en ellos, y sacar tajada, el sector privado", censura la secretaria de CC OO de Emprego, Maica Bouzas.

UGT entiende que si se recortan los gastos sociales, los perjudicados serían los trabajadores y las familias con especiales dificultades para llegar a final de mes. Añade además que aumentar la inversión productiva no es incompatible con un servicio público de calidad.