Tras la revisión en profundidad de la nueva Xunta a las Normas do Hábitat heredadas del bipartito, de obligado cumplimiento desde hace año y medio, llega el momento de que el resto de protagonistas de la polémica hable. Constructores, promotores, los concellos –con un contencioso abierto por la supuesta invasión de competencias– y, especialmente, los arquitectos. Algunas de las firmas más conocidas del gremio en la comunidad pusieron su grano de arena en el catálogo de requisitos impulsado por la anterior conselleira de Vivenda y colega de profesión, Teresa Táboas. El Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) remitió ya sus alegaciones al decreto con la mirada puesta en la "confusión" que pueden suscitar varios de los conceptos, su mal uso, las contradicciones que generan, pero sobre todo en el amplio abanico de excepciones que la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas deja abierto en las rehabilitaciones.

El grupo de trabajo del COAG encargado de analizar la nueva versión, mucho más simplificada, del decreto advierte que el "interés meritorio" del documento en recoger "toda la casuística posible" ante las reformas juega en contra de la propia normativa. Los requisitos son "ambiguos" y de "difícil interpretación", además de "efímeros", lo que deja en el aire su vigencia a medio y largo plazo. Por mucho que se quiera regular todos los ejemplos posibles "siempre" se quedará corta.

Hay una de sus frases que lo refleja de forma muy clara: "Apreciamos una utilización excesiva del aserto no serán de aplicación a las determinaciones de las Normas siempre que...". Por eso, el COAG alerta de que el decreto "parece aceptar su incumplimiento en muchos supuestos" en lugar de "dificultar o aumentar el nivel de las exigencias". Hasta el punto de la "incoherencia" de que la nueva normativa "de pábulo" a lo que los propios arquitectos denominan "infravivienda". Su propuesta es una nueva redacción de todo el capítulo, con menciones concretas a los inmuebles de los planes especiales de protección y un escenario alternativo para las excepciones, menos y más justificadas, de las rehabilitaciones.

La COAG resalta que las anteriores Normas "se equivocaron" en la redefinición de algunos estándares de "habitabilidad" –todo el sistema de reciclaje de aguas, aislamiento y ahorro energético–, ya marcados por el Código Técnico de Edificación. Eso sí, Vivienda acertó "a propósito" al denominarlas do Hábitat y no de Habitabilidad. Un "error" parecido al que comete ahora Medio Ambiente al bautizarlos como normativa de habitabilidad. Los arquitectos piden que se cambie por "condiciones mínimas de funcionalidad" y que figure expresamente que la distribución de la vivienda "será libre" con "la única limitación" de que los cuartos de baño estén separados. El colectivo tira de las orejas al departamento que dirige Agustín Hernández por no obligar a que en la rehabilitación de viviendas no se exija la colocación de calefacción.

Aunque en el texto desaparece la mención expresa a un mínimo de 40 metros cuadrados, el Gobierno gallego asegura que esa condición ya está recogida en la ley de vivienda. Es cierto, pero sólo para las de protección. Sin contar con los espacios de comunicación, el decreto nacionalista establecía esos 40 metros, el nuevo se queda en 38. Medio Ambiente mantiene que las superficies se conservan "en esencia" y los cambios "son puntuales" para evitar "espacios innecesarios". El objetivo, dicen, es dar claridad y sentido a las medidas.