Hasta hace un mes, el calendario oficial de la Consellería de Economía e Industria marcaba el primer semestre de 2010 como fecha tope en la admisión a trámite de los nuevos parques eólicos de Galicia tras la suspensión del concurso del bipartito. Pese a que el propio proceso que recoge el anteproyecto que regulará el reparto de potencia no lo deja muy claro. Desde entonces, desde la presentación de la nueva normativa, han cambiado muchas cosas. La primera, que el trámite de alegaciones se ha prolongado más de lo previsto ante los inconvenientes del parón estival en las empresas y la propia administración. La segunda, que la mayoría de los promotores han levantado el hacha de guerra y prácticamente no libran de su criba ni uno de los puntos del polémico texto. En el sector están convencidos de que ante la previsible judicialización, más todavía, del proceso y al ritmo que va todo, los plazos no se podrán cumplir.

Si realmente el Gobierno gallego quiere sacar adelante una normativa consensuada, las negociaciones no serán nada sencillas. Las seis grandes alegaciones presentadas el pasado jueves por la Asociación Eólica Gallega (EGA) son el mejor ejemplo de por lo que no está dispuesto a pasar el sector. Los promotores dicen que las relaciones con la Administración gallega son "tensas" y dan por hecho también que muchos acudirán a los tribunales en caso de que las rectificaciones en el anteproyecto no vayan más allá de los "términos y especificaciones técnicas" a las que se refería el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. El cronómetro está en marcha. Para seguir la pauta del Ejecutivo, la normativa tiene que recibir el visto bueno del Parlamento antes de que acabe el año.

Una batalla que se cruzaría con el medio centenar de recursos contra la admisión a trámite aprobada por los anteriores responsables de la Consellería de Industria y con los que se están presentando contra la decisión ahora del equipo de Javier Guerra de ponerle freno temporalmente hasta la aprobación de la ley. En San Caetano mantienen que en ese momento se caerían también los recursos presentados contra la resolución del bipartito, aunque la patronal eólica mantiene que hay que contestarlos. La posible denegación de los contenciosos contra la suspensión tiene toda la pinta de acabar ante los tribunales, como los resultados de los futuros concursos. De hecho, una de las razones por las que Industria decidió hacer varios repartos de forma escalonada fue ésa, el temor a que se paralicen judicialmente.