Si Galicia quiere cumplir su ambicioso objetivo de que en 2012 las energías renovables cubran hasta el 95% de toda la electricidad que necesitan hogares e industria, todavía quedan unos cuantos pasos que dar. La puerta al equilibrio entre consumo, generación y respeto al medio ambiente está abierta. El potencial para aprovechar la fuerza del agua del que siempre ha presumido la comunidad y, sobre todo, el crecimiento del sector eólico en los últimos años permiten que a día de hoy las consideradas fuentes limpias aporten ya el 64% de la demanda. Casi 13.000 gigavatios (GW), el equivalente al recibo eléctrico de Asturias, Castilla-La Mancha o Aragón, y el 20% de toda la electricidad con renovables producida en España en 2008.

Desde 2007, el parque de generación de renovables en Galicia sumó tan sólo 300 megavatios (MW) más, hasta un total de 6.325. Prácticamente toda la nueva potencia vino de parques eólicos y que alcanzan actualmente los 3.043 MW. El viento, a la espera de lo que ocurra con el polémico concurso del Gobierno gallego, se consolida como una de las joyas de la corona de la producción eléctrica en la comunidad. La producción anual de los aerogeneradores se sitúa en los 6.700 GW, según el último balance de Red Eléctrica de España (REE), lo que da, de sobra, para satisfacer a todas las familias gallegas, sin tener en cuenta las empresas ni el transporte.

La eólica es la energía con más peso en la cuota de la comunidad en el régimen especial, basado en las tecnologías de generación que utilizan las renovables, los residuos y la cogeneración. Están incentivadas desde los años 80, con primas de la Administración central, para así reducir la dependencia energética del exterior y frenar el impacto al entorno. No hay ninguna comunidad en este caso que aporte más electricidad que Galicia, con casi 10.000 GW en 2008, el 15% del total nacional, tras un aumento del 9%. Y eso que la potencia solar instalada en Galicia sigue siendo anecdótica –únicamente 8 MW– en comparación con los 700 de Castilla-La Mancha, los 310 de Castilla y León o los 347 operativos en Extremadura.

Precisamente, el despegue de la solar, junto a la apuesta por la eólica y la proliferación de las centrales de ciclo combinado, está detrás de la espectacular evolución de muchas comunidades en el régimen especial. Frente a un aumento medio del 17,2%, las alzas del 44% en el País Vasco, un 23% en Castilla-La Mancha o un 31,8% en Andalucía.

Con el funcionamiento a pleno ritmo de las plantas de gas de Sabón, propiedad de Unión Fenosa de momento –Gas Natural, su nueva dueña, tiene previsto deshacerse de ella para cumplir con los requisitos de la Comisión Nacional de la Energía para evitar problemas de competencia–, y la de As Pontes, gestionada por Endesa, el gas aportó más de 5.000 GW de electricidad el pasado año –el 18% de la producción neta, que ascendió a 27.402 GW–, cuando en 2007 suponía apenas 300, lo que permitió contrarrestar la importante caída sufrida en la producción hidroeléctrica, con 1.300 GW por debajo de la cuota de hace dos años.

Pendientes de recibir autorización para acceder a la red de transporte están más de 2.500 MW. De ellos, 996 para nuevos parques eólicos –la documentación entregada a REE para el desarrollo de 896 está incompleta–; otros 101 para otras tecnologías del régimen especial; y 1.473 para el régimen ordinario.

La demanda creció sólo un 1,1% por la crisis

Entre los muchos termómetros que se utilizan en economía para medir la intensidad de la crisis está el comportamiento del consumo eléctrico, directamente ligado a la actividad industrial y a la situación de los bolsillos en los hogares. Como ejemplo, el incremento experimentado en la demanda nacional entre 2006 y 2007, superior al 3,1%. Ligeramente por encima en Galicia, con un 3,2%. Pero en 2008 la evolución del consumo nada tuvo que ver que con estos porcentajes. Un 1,1% en la comunidad y un 0,8% en el conjunto de España. El acumulado hasta julio este año apunta un descenso medio del 5,7%.

El recorte del carbón por las obras en Meirama

Durante buena parte del ejercicio pasado, la central térmica de Unión Fenosa en Meirama estuvo paralizada por las obras destinadas a alargar su vida útil y adaptarla al consumo de carbón importado, menos contaminante. De ahí que el carbón, que en 2007 aportó más de 13.637 GW de electricidad –casi la mitad de toda la producción gallega–, generara algo más de 8.100 GW.

Una tercera parte de la producción gallega se exporta

De los 27.400 GW de electricidad generados en 2008 en Galicia, una tercera parte, más de 7.000 GW, se exportaron: 593 hacia Asturias, otros 166 GW para la Meseta a través de la red que une la comunidad con Castilla y León y 6.340 hacia el sistema eléctrico portugués.