La decisión de la Xunta de ordenar a los colegios permitir la libre elección del idioma en las clases ha generado desconcierto entre profesores, directores de centro y padres de alumnos, que critican que se quiera “eliminar de un plumazo” el decreto sobre el gallego en la enseñanza sin consultar antes con la comunidad educativa. Entretanto, las APAs de los colegios católicos concertados han aplaudido la iniciativa adoptada por el Gobierno gallego porque, en su opinión, permite “acabar con el modelo totalitario y de imposición lingüística” que existía hasta ahora.

El Gobierno gallego anunció ayer que modificarán el decreto del gallego para que en el próximo curso que empieza en septiembre esté vigente ya la libre elección del idioma en las clases. La idea inicial era enviar una circular a los centros para que esta medida entrase en vigor de forma inmediata. Sin embargo, los servicios jurídicos de la Xunta plantearon dudas sobre la conveniencia legal de aplicar esta opción antes de cambiar el decreto y aconsejaron posponerla hasta septiembre.

Precisamente los padres de alumnos de colegios públicos y responsables de centros habían tachado ayer de “apurado” que la Xunta intentase cambiar ya ahora el modelo lingüístico del sistema educativo de Galicia cuando aún está vigente el decreto sobre el gallego en la enseñanza.

En su opinión, la circular anunciada por Feijóo es además “innecesaria”.“La polémica sobre la lengua es artificial y deriva de un desconocimiento de la realidad educativa”, apuntó el presidente de la Asociación de Institutos de Secundaria, José Ángel Suárez. Según explica, con el actual decreto del gallego hay una norma general para impartir la mitad de las clases en esta lengua pero advierte de que “los chavales pueden expresarse en las clases en castellano o en gallego”. “Es una práctica habitual”, asegura. Por esta razón no ve justificado que el Gobierno autonómico remita una circular a los colegios “para reponer los derechos civiles de las aulas” . “Es rizar el rizo”, apunta.

Más indignado se mostró el presidente de la Confederación de Padres de Alumnos (Confapa), Virgilio Gantes, que cree que es “poco serio” que se quiera cambiar “de un plumazo” el modelo lingüístico de la enseñanza gallega. “Si el presidente de la Xunta quiere cambiar el decreto del gallego debe hablar con la comunidad educativa, pero hasta entonces debe acatar la normativa vigente”, apunta.

Gantes defiende que los alumnos deben terminar la educación obligatoria dominando los dos idiomas oficiales y avisa que si se deja “libre albedrío” a los estudiantes para elegir la lengua “habría sitios en los que acabaría muriendo el gallego y en otros dejaría de hablarse el castellano”. Por ese motivo, el presidente de los padres de alumnos aboga por que exista una obligación mínima para aprender las dos lenguas.

En los colegios concertados, sin embargo, hay división. La asociación de Escuelas Católicas de Galicia cree que la medida adoptada por la Xunta “no es oportuna” y apuesta por incentivar el gallego en las aulas. “En los centros no hay ningún tipo de problema con el idioma y yo creo que se debería inducir a los alumnos a hablar en gallego”, defiende el secretario de los colegios católicos, Xosé Francisco Reboiras.

Sin embargo, los padres de alumnos de centros concertados, agrupados en la Congapa, no opinan lo mismo. “La medida adoptada por la Xunta es buena y necesaria porque hasta ahora el modelo era poco democrático”, denunció el presidente de las APAs de colegios privados, José Ramón Hermida.

Centrales

Los sindicatos gallegos, por el contrario, coinciden en apoyar el decreto del gallego en la enseñanza aprobado por el bipartito y critican la “involución” en materia lingüística que, en su opinión, plantea Núñez Feijóo.

Para Anxo Louzao, de la CIG, enviar ahora una circular a los colegios dando libertad para elegir el idioma sería “ilegal”. Esta medida supondría además, según denunció, “un retroceso flagrante” que colocaría a la lengua gallega en “una situación desfavorecedora”. “Es una sentencia de muerte para nuestro idioma”, criticó.

Para Comisiones Obreras es “muy grave” que el PP haga “un llamamiento a incumplir la ley en materia lingüística”. Los sindicatos tendrán ocasión de abordar este asunto con el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, en la reunión de la mesa sectorial que tendrá lugar el próximo lunes.

Los equipos de normalización lingüística también han mostrado su rechazo a la decisión de la Xunta de enviar la circular a los centros. “Es inadmisible. Es una llamada a la insumisión”, denunciaron.

PSdeG y BNG acusan a Feijóo de “aberración pedagógica”

“Aberración pedagógica”, “vulneración de la legalidad vigente”, “bilingüismo de imposición y crispación”. Son sólo algunas de las reacciones que ha suscitado en los grupos de la oposición el anuncio de Núñez Feijóo.

El BNG, a través de sus portavoces de Educación y Lingua, Carme Adán y Bieito Lobeira, es el que define el anuncio de Feijóo como una “auténtica aberración pedagógica” en su “aplicación práctica”. Los nacionalistas hacen hincapié en que la invitación del PP es una “vulneración de la legalidad vigente y una auténtica provocación” por parte del Gobierno gallego, que pretende imponer un modelo que “excluya” al gallego de la enseñanza. Al respecto recuerdan al titular de la Xunta que “es un derecho civil garantizar” al alumnado “la posibilidad de conocer y expresarse” en gallego.

Los socialistas tampoco se han quedado callados. Como el decreto que regula el uso del gallego fue obra de una consellería del PSdeG en la pasada legislatura, sus críticas se centran en explicar que este “nunca prohibió el uso del castellano” en las aulas. Decreto en mano citan que “el alumnado utilizará, con carácter general, el gallego en las manifestaciones oral y escrita”. El PSdeG explica que la norma de 2007 coincide con la de 1995 al indicar “de forma razonable” la conveniencia de en las materias que se den en gallego sea esta la lengua habitual del aula.

El portavoz de Educación del Grupo Parlamentario Socialista, Guillermo Meijón, exige a Feijóo que explique qué pretende con el anuncio de una libre elección del idioma “que ya existe, por lo que no indica nada novedoso”. Para Meijón, la orden de la Xunta manifiesta que para el PP el “bilingüismo armónico se traduce como bilingüismo de imposición y crispación”.