Los bolsillos de los ciudadanos no son los únicos que notan los efectos de coyuntura económica negativa. También la Iglesia debe apretarse el cinturón. Por eso la archidiócesis de Santiago presentó ayer unos presupuestos para este año que ascienden a 28,2 millones de euros y que suponen un 8,8 por ciento menos que los de 2008. Se trata de un presupuesto “modesto, austero y prudente acorde con la situación económica que está viviendo un gran número de familias de nuestra diócesis”, explicó el ecónomo diocesano, Dictino Maceira.

Maceira justificó la “lógica” reducción de las cuentas eclesiásticas en las consecuencias de la crisis y en que la previsión de ingresos sufre “significativos descensos” en algunos capítulos, como las “aportaciones voluntarias de los fieles”, “en los ingresos patrimoniales por la vía de los intereses y alquileres” y en los “servicios” que presta la Iglesia a la comunidad, como las bodas y celebraciones similares. “Seguramente serán todavía más significativos de lo que contempla el presupuesto” –donde se indica una posible caída de más del 10 por ciento–, reconoció el ecónomo.

No obstante, el ecónomo matizó que los recortes se centrarán en ámbitos como la formación –por ejemplo, los gastos en los seminarios, donde la Iglesia gastará un 18 por ciento menos– y en el capítulo de construcción de nuevos templos y rehabilitación o reparación de los ya existentes, donde la inversión caerá más de un 15 por ciento. Los más de 600 sacerdotes que se reparten las 1.071 parroquias que dependen del arzobispado compostelano tampoco verán muy mejoradas sus condiciones retributivas, ya que la diócesis sólo destinará un 0,46 por ciento más a este concepto en este ejercicio.

Por el contrario, la archidiócesis incrementará un 5,3 por ciento el gasto social y asistencial, que llegará a acaparar más la cuarta parte de los gastos corrientes de la Iglesia en Galicia. “Este año será nuestra prioridad serán los gastos asistenciales”, explicó Maceira, quien atribuyó la iniciativa directamente al arzobispo de Santiago, Julián Barrio, quien mostró su preocupación por los más necesitados.

El prelado ha dado órdenes específicas para incrementar la partida destinada a actividades “asistenciales y caritativas” al observar que “la crisis económica en la que estamos inmersos se traduciría en un incremento de la demanda de los sectores sociales menos favorecidos”, argumentó el ecónomo diocesano. Al respecto, especificó que se había “comprobado” un “notable” incremento de la demanda en Cáritas, las cocinas económicas y demás instituciones vinculadas a la Iglesia que atienden necesidades básicas.

Crear empleo

Maceira explicó también que la Iglesia gallega colaborará también en la creación de empleo para “compensar” la bajada de tres millones de euros en sus cuentas. “Intentamos apostar por realizar algunas inversiones que podían ser aplazadas, pero que van a ir incorporadas en este ejercicio para contribuir a la creación de puestos de trabajo”, argumentó el ecónomo. Este señaló que el capítulo correspondiente asciende a más de nueve millones de euros.

Confianza en que la nueva Xunta promueva el Xacobeo

Durante 2009, los gastos destinados a la preparación del Año Santo no serán una prioridad para la Iglesia gallega. Según explicó Maceira, la celebración del Jubileo podría ser un objetivo, pero no será así este año.

No obstante, desde el Arzobispado de Santiago se confía en que la nueva Xunta de Galicia “incremente la proyección” del Año Santo que se celebrará en 2010, porque la gente suele tener un conocimiento del mismo gracias a las campañas desarrolladas por el Gobierno gallego en torno al Xacobeo y “hasta ahora no se ha movido mucho”. Así se expresó ayer el secretario de la Delegación Diocesana de Economía, Manuel Silva, que atribuyó este comportamiento del Ejecutivo saliente a las elecciones y a la posibilidad de “un cambio de gobierno”.

Una campaña para la renta a escala parroquial

Los recortes alcanzan las campañas de comunicación de la archidiócesis. El contable diocesano, Pedro Ceán, adelantó que este año la Iglesia no pondrá anuncios en los medios para su campaña de petición encaminada a que los contribuyentes marquen las dos casillas de la declaración de la renta a favor de la Iglesia y de otros fines sociales porque ambos son “complementarios”.

La difusión de este mensaje para los que arreglen sus cuentas tributarias se realizará a través de las parroquias y también este año la archidiócesis enviará cartas a asesores y gestores para pedir su “colaboración” y señalen a sus clientes esta opción.