El impacto paisajístico es uno de los principales problemas que, históricamente, arrastra el sector de la pizarra en Galicia. Sólo el 3% del material que se extrae en las explotaciones es rentable, lo que obliga a acumular millones y millones de toneladas de escombros. Como ejemplo, la multa que acaba de imponer el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino a una empresa de Valdeorras, la cuna del sector, que tendrá que pagar 221.33,38 euros por no retirar a tiempo los deshechos que colocó en el río Candís, en la zona de As Cuartas, en Domiz.

El expediente sancionador fue abierto por la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. Valdeorras de Pizarras (Valpisa), la compañía multada, no contaba con la correspondiente autorización administrativa para ubicar la escombrera. Según la resolución publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) -el departamento que dirige Elena Espinosa intentó contactar con los responsables de la empresa a través de su domicilio sin conseguirlo-, la pizarrera deberá reponer en un plazo máximo de 15 días “las cosas a su estado primitivo” asumiendo, además, los costes de la retirada de los desperdicios. En caso contrario, Valpisa se expone a nuevas sanciones conforme a lo establecido en el Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, la Ley de Aguas y el Reglamento del Dominio Público Hidráulico. La resolución, que pone fin a la vía administrativa, puede ser recurrida ante el Ministerio de Medio Ambiente o en la Audiencia Nacional.

Los expertos calculan que la actividad pizarrera en la comarca de Valdeorras puede llegar a generar más de 4,2 millones de toneladas de escombros al año. Es, dicen, “el impacto más negativo de esta industria”.