Queda menos de un año para que la televisión que conocemos hoy, la analógica, la que se ve todavía en el 60% de los hogares gallegos, sea ya historia. Una apagón progresivo que arrancó en abril de 2008 en la localidad lucense de A Fonsagrada, la primera en dar la bienvenida a la TDT en España, y que debería dar su siguiente paso el inmediato 30 de junio en 60 concellos más, agrupados en las zonas bautizadas en el proyecto como Santiago y Ourense (zona este). Lo de “debería” tiene su explicación. Hoy no está garantizado el éxito de la primera fase del apagón en Galicia. ¿Por qué esta incertidumbre? Porque hay dudas de que la Administración pueda cumplir los plazos por problemas legales con la empresa encargada de instalar los repetidores y con la gestión de los fondos transferidos por el Gobierno central para el proceso.

Aunque las redes principales para la implantación total de la TDT están en servicio, hay un elevado porcentaje de población a la que no llega esa cobertura. Unas 300.000 personas. De nuevo, la orografía juega en contra de las nuevas tecnologías. La solución pasa por la instalación de repetidores de televisión. Una medida cara, financiada a través de un convenio firmado entre la Xunta y el Ministerio de Industria. Cada parte pone el 50% de los más de 3,2 millones de euros a los que asciende el refuerzo de la cobertura durante la primera fase. Es decir, la prevista para este verano en los 60 ayuntamientos repartidos entre las provincias de Pontevedra, Ourense y A Coruña.

El encargo de la colocación de los repetidores cayó en manos de la empresa pública Retegal, encargada de la gestión de las infraestructuras y servicios de telecomunicaciones en la comunidad, con la intención por parte del Gobierno gallego de canalizar los fondos recibidos del departamento de Industria a través de una transferencia de capital. Primer problema. Los estatutos de Retegal impiden utilizar ese mecanismo de financiación, por lo que se optó por una modificación de la normativa sobre el funcionamiento de la compañía que todavía no está lista. Eso tampoco garantiza el desbloqueo de los 3,26 millones de euros del convenio. Segundo problema. Son fondos finalistas, que tiene que ejecutar directamente la Xunta, y por tanto no son válidos para cofinanciar.

¿Cuál es la situación? Salvo determinadas actuaciones que en los últimos meses se han ido realizando en concellos, según varias fuentes consultadas, “lo gordo del proyecto está prácticamente parado”. “Los plazos para el apagón se echan encima”, avisan. La opción que manejan en el sector pasa por sentarse con Industria a revisar los plazos de la primera fase del fin de la televisión analógica y retrasarla por lo menos hasta la siguiente etapa -el 31 de diciembre- y ganar tiempo para resolver tanto el problema de los estatutos de Retegal como el del empleo de la partida destinada a los nuevos repetidores.

A esta complicada situación se añaden unos cuantos problemas más que los expertos en telecomunicaciones dan por seguros. “Inicialmente -adelantan- la cobertura de la televisión digital no igualará a la analógica”. Algo que causa enfado en muchas localidades gallegas y “la presión” de los alcaldes por el descontento social. Eso se notará, sobre todo, en zonas apartadas, en núcleos rurales. “Ya sabemos lo que la televisión representa para la gente, es un electrodoméstico de primera necesidad y los problemas de las telecomunicaciones no se resuelven en dos días”, señala otro experto. “Los plazos -admite otra profesional del sector- serán costosos y llevará meses”.

Uso del satélite

En el anterior Gobierno gallego daban por hecho que la financiación estaba garantizada para las tres fases del apagón con un total de 30 millones con la colaboración del departamento capitaneado por Miguel Sebastián. Pero lo cierto es que oficialmente sólo se ha rubricado el primero de los tres convenios. Conscientes de la dificultad para dar una cobertura universal a la TDT en Galicia, el bipartito se planteó la posibilidad de completar la función de los repetidores con el uso de satélite. Una opción que queda a merced de lo que decida el nuevo Gobierno gallego. Como evidencia de las dudas que hay sobre el cumplimiento del calendario, la respuesta del director de Impulsa TDT, la plataforma creada por las grandes empresas audiovisuales en España para apoyar el proceso del cambio a la televisión digital. “La cobertura está razonablemente solucionada”, describe Andrés Armas.

El otro dato del que hay que estar muy pendiente en la implantación de la TDT es el grado de penetración. ¿Cuántos hogares tienen actualmente en Galicia un decodificador? ¿Cuántos gallegos tienen acceso a la televisión digital? Pues el 41,5% de las familias a finales de febrero, un 0,1% más que en enero y siete puntos por debajo de la media nacional. A la cabeza están Cataluña (60,6%), Madrid (59%), Canarias (50,3%), Andalucía (50%), Comunidad Valenciana (49,4%), Murcia (48,3%) y Castilla-La Mancha (43,2%). La TDT alcanza en Galicia, además, un 22,4% de la cuota de pantalla.