Pocas veces en el remoto concello de A Fonsagrada hubo tanto revuelo. Tanta gente. Quizás durante el rodaje de Romasanta, la versión para la gran pantalla de la leyenda del hombre lobo de la montaña lucense, que llevó hasta allí al internacional Julian Sands y a mediática Elsa Pataky. La razón aquel sábado 5 de abril de 2008 de que medio Gobierno gallego y cientos de personas tomaran el pueblo era también el audiovisual: el primer apagón analógico en España. Un simbólico off del que se encargó el entonces presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, acompañado de un niño con una gran fiesta y calificativos de día “histórico”.

De aquella intensa jornada, que todos los medios nacionales cubrieron con enviados especiales que durante los días previos relataron la peripecia digital en un pueblo de apenas 4.600 habitantes que por ver no veía bien ni la señal analógica, queda poco más que recuerdos. Las promesas de que los apagones y las interferencias habían llegado a su fin convencieron a algunos, pero a otros muchos no y un año después siguen quejándose de que “eso de la TDT” no está tan bien como la pintaron. “Aquí a veces tenemos problemas para ver algunos canales y por lo que me dicen muchos clientes, en sus casas pasa lo mismo”, cuenta la dueña de uno de los bares de A Fonsagrada.

La crítica se repite en voz de los responsables de otros establecimientos públicos de la localidad y en algunos domicilios. “Cuanto más te alejes del centro, más te lo dirán”, asegura uno de ellos.

A Fonsagrada fue el primero. El próximo 30 de junio tendrían que ir otros 60 concellos. Una segunda fase el 30 de diciembre, para culminar el apagón en Galicia y en el resto de España el 3 de abril de 2010. “La brecha digital que separa Galicia del resto de regiones europeas más avanzadas, y dentro de Galicia las zonas rurales de las urbanas puede ser superada con hilos de cooperación entre instituciones, empresas y sociedad civil”, señalaba Pérez Touriño hace un año. Quedan 342 días para verlo.