Con el problema detectado, incluso con la marca de prioridad entre los no pocos asuntos que hay que abordar en la nueva planificación hidrológica de la cuenca Miño-Sil, el siguiente paso es establecer los mejores mecanismos para acabar con la invasión de las especies exóticas. Los expertos tienen muy claro que no es nada sencillo. Cualquier medida pasa siempre por el control continuo de los movimientos de estos ejemplares y por tener suficiente dinero para costear la lucha, que no es barata precisamente. “Las especies exóticas invasoras -resumen- afectan a todos los sectores y niveles, nadie está exento de estas interacciones”.

En las labores de mantenimiento y limpieza de los ríos que regularmente lleva a cabo la Confederación del Miño-Sil ya se tiene en cuenta la presencia de las especies alóctonas, con campañas de erradicación con la colaboración de Costas, la Xunta y las Diputaciones “en aquellos casos en los que se considera necesarios”. Lo que permite, a la vez, elaborar un inventario de ejemplares e informes sobre la situación. La denominada Estrategia Nacional de Restauración de los Ríos obliga, además, a contar con las especies exóticas en los proyectos de restauración de los cauces. Con carácter preventivo, el organismo está llevando a cabo un plan para el control de la expansión del mejillón cebra con la difusión de folletos y medidas cautelares en las autorizaciones de navegación.

Pero la propia Confederación Hidrográfica del Miño-Sil reconoce que no es suficiente. “Es necesario conocer sus vías y modos de introducción -apuntan los encargados del informe que se conocerá hoy en las jornadas sobre especies exóticas-, este aspecto se perfila vital a la hora de mejorar el conocimiento sobre su movimiento, sobre todo de cara a prevenir futuras introducciones y reintroducciones”. Con los “numerosos métodos de control” que existen y funcionan “con índices de mayor y menor eficiencia”, para una “gestión óptima” es necesaria la “máxima información previa” sobre el ecosistema, el perfil biológico de cada especie y su etología. En ese sentido, los científicos recuerdan que falta un verdadero análisis, un “análisis exhaustivo” sobre los asentamientos con cartografía actualizada.

Dicen eso sí, que la legislación que hay es suficiente. Y tan “indispensable” es tener normas como “un apoyo eficaz y real de medios económicos” para, por ejemplo -es uno de sus consejos- crear un comité dedicado exclusivamente a la especies exóticas que lidere las tareas de divulgación y concienciación y la coordinación entre todos los sectores implicados a través de un código de conductas que acabe con las prácticas de riesgo.