La nueva estructura de la Xunta, con la reducción de altos cargos, “abre la puerta” a posibles privatizaciones de servicios públicos. Así lo advirtió ayer el portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, quien argumentó que la disminución de responsables en la Administración puede constituir una “excusa” para justificar la privatización de ciertas funciones.

Aymerich expresó su sospecha de que Feijóo puede apelar a que el Gobierno gallego “es reducido y poco eficaz” para optar por esta decisión, a la que los nacionalistas se oponen de forma radical.

Por otra parte, el diputado del BNG también consideró que el recorte de altos cargos es puramente “cosmético”, ya que, según sus cálculos, sólo representa el 0,1 del presupuesto autonómico para este ejercicio. A juicio de Aymerich, la cuestión fundamental no es que el Ejecutivo “sea más grande o más pequeño”, sino que sea “eficaz para resolver los problemas de Galicia”. En este sentido, dedujo de forma irónica que “a lo mejor” la nueva estructura de la Xunta “bónsai” se debe a que el Gobierno autonómico “no pretende ser el gobierno del país, sino una oficina de reclamaciones” del Ejecutivo central. Aymerich se refirió también así a la propuesta de Feijóo de solicitar a Madrid ayudas directas para comprar automóviles.

Además, el nacionalista apuntó, al igual que el PSdeG, que la composición de la Xunta incumple la Lei do Traballo en Igualdade de Galicia, aunque lo consideró “lógico” ya que el PP votó en contra, recordó.

Sobre el organigrama, también reprochó su impronta “presidencialista” y que incluya la Función Pública en Facenda, de modo que los funcionarios se verán “como un gasto” y no como un “activo”.