Núñez Feijóo ya tiene su gobierno. Ayer firmó las órdenes de cese de los conselleiros del bipartito y de nombramiento de los nuevos. El presidente de la Xunta ha formado un equipo con un marcado carácter técnico, seis de ellos procedentes de la última etapa de Manuel Fraga, y de perfil político bajo. Sólo Alfonso Rueda, el conselleiro de Presidencia, acredita un peso específico en el partido, aunque desde el año 2006, cuando asumió la secretaría general del PPdeG. Aunque Feijóo había anunciado que para la constitución de su gobierno no iba a mirar el carné ni la militancia, únicamente dos de los diez conselleiros son independientes.

Los elegidos son Alfonso Rueda (Consellería de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza), Marta Fernández Currás (Facenda), Agustín Hernández (Medio Ambiente, Territorio e Infraestructura), Javier Guerra Fernández (Economía e Industria), Jesús Vázquez Abad (Educación e Ordenación Universitaria), Pilar Farjas Abadía (Sanidade), Roberto Varela Fariña (Cultura e Turismo), Beatriz Mato Otero (Traballo e Benestar), Samuel Juárez Casado (Medio Rural) y Rosa Quintana Carballo (Mar). La provincia mejor representada es Pontevedra, con cinco conselleiros, por tres de A Coruña, uno de Lugo y otro de Ourense. La media de edad es de 46 años.

El nuevo organigrama presenta un cambio sustancial con respecto al bipartito y a los esquemas empleados por Fraga. Feijóo ha apostado por dos “superconsellerías” para que lleven el peso de la medidas contra la crisis. El vigués Javier Guerra llevará un departamento con todas las competencias en industria e innovación -aunque pierde turismo- a las que se suman el Igape y todas las áreas de promoción económica, fomento del empleo y financiación empresarial que antes estaban en la Consellería de Economía, que ahora se disgrega en dos departamentos, recayendo sus principales atribuciones en el de Facenda.

Reagrupación

El segundo departamento estrella es el dirigido por Agustín Hernández, que en una sola consellería agrupa todas las competencias de medio ambiente, política territorial, urbanismo, obras públicas y vivienda. Con este esquema, su departamento será el encargado de validar las declaraciones de impacto ambiental y garantizar el respeto al medio natural de todos los proyectos que la propia consellería elabore. De esta forma, no habrá una segunda opinión y un único conselleiro tendrá siempre la última decisión.

De los diez elegidos por Feijóo, siete cuentan con un eminente carácter técnico y salvo los titulares de Economía e Industria y de Educación, el resto ha desarrollado gran parte de su vida laboral en la Administración. En la etapa de Fraga pasaron por la Xunta Alfonso Rueda, Agustín Hernández, Farjas, Beatriz Mato, Quintana y Samuel Juárez, si bien éste dio el salto a la Administración del Estado con Aznar y hasta ayer era asesor de la ministra socialista Elena Espinosa. Roberto Varela es diplomático de profesión y Marta Fernández ocupó un cargo de confianza en la Consellería de Economía del bipartito.

Aunque cuatro de ellos son diputados autonómicos (Rueda, Hernández, Mato y Quintana) que deberán renunciar a su escaño y otros dos lo son en el congreso (Guerra y Vázquez Abad), sólo el secretario general del PPdeG cuenta con verdadero peso político en el partido. Los demás forman parte de la infantería.

Independientes

Feijóo contactó en las últimas semanas con profesionales de prestigio para tratar de incorporarlos a la Xunta como independientes, pero se encontró con negativas por varias razones, entre ellas, la del régimen de incompatibilidades que restringe la actividad privada y las remuneraciones económicas y el desgaste que podría suponer exponerse en un cargo público en momentos de grave crisis.

Constituido el Gobierno, los dos conselleiros independientes son el titular de Cultura, Roberto Varela -con una carrera profesional como diplomático- y la de Facenda, Marta Fernández, que ejerció como interventora xeral durante dos años con el anterior conselleiro de Economía, antes de cesar por diferencias con Fernández Antonio.

Pese a su paso por el bipartito, Marta Fernández tendrá grandes responsabilidades en el Ejecutivo de Feijóo. Ella, la más joven de la Xunta, será la encargada de elaborar los presupuestos, controlar el gasto y garantizar la austeridad -una de las promesas más repetidas por el presidente-, además de sacar adelante la reforma fiscal anunciada y negociar el modelo de financiación autonómica. De ella dependerá también el Instituto de Estatística, aunque el Tribunal de Defensa da Competencia se traspasa a Industria.

El titular del Gobierno gallego decidió además reagrupar en una consellería las competencias de Traballo y Benestar, que en el bipartito estaban diferencias en dos áreas. Su gestión corresponderá a Beatriz Mato, que deberá, además de diseñar las políticas de empleo, garantizar la atención a las personas dependientes. Pero parece que no se hará cargo de las galescolas, puesto que la intención es transferirlas a Educación.