En su primera intervención pública tras ser elegido presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo reafirmó su “inquebrantable compromiso galleguista” con el país al que “pertenece y ama”. Así lo expresó ayer, durante una ofrenda en Santiago ante la tumba de Alfredo Brañas en el Panteón dos Galegos Ilustres, a los que pidió “ayuda” y que lo “alumbren” en sus nuevas responsabilidades como titular del Ejecutivo gallego. En su discurso, el líder del PPdeG se comprometió con el progreso material, de la lengua y de la cultura “milenaria” de Galicia, que seguirá desarrollando “en libertad”.

El gesto de Feijóo se repite nueve meses después de que acudiera al mismo lugar en la jornada previa al Día de Galicia, el 25 de julio. En esta ocasión, estuvo acompañado por la mayoría de los diputados del PPdeG, por diferentes miembros del comité de dirección del partido y por la responsable de Novas Xeracións, María Seoane. Con la nueva visita, el presidente electo de la Xunta quiso “reafirmar” su compromiso sólido e “inquebrantable”.

Durante el acto, el que será quinto presidente de la historia de la Autonomía confesó que está viviendo el momento político “más trascendental” de su vida. Para afrontarlo, se acogió a la “generosa inspiración vital” de Alfredo Brañas, Castelao y Rosalía de Castro, entre otros. Sobre ellos, declaró que “entendieron que el futuro de Galicia pasaba por su autonomía política. Toca rendirles homenaje y decir que estaban en lo cierto”.

Feijóo aprovechó su discurso para adelantar que propondrá una política cultural “sin exclusiones”, que respete la identidad de Galicia y que atienda a la “necesidad sentida en la calle”. Como primer paso, avanzó su intención de poner en marcha la idea del actual presidente del Consello da Cultura Galega, Ramón Villares, de convertir la Abadía de San Domingos de Bonaval en el lugar en el que estén representados “si no físicamente, al menos simbólicamente todos los gallegos ilustres”.

También se dirigió a sus compañeros del partido para decirles que “es el momento” de poner en práctica aquello por lo que el electorado eligió al PP. De hecho, al término del acto se despidió alegando “que tenía que seguir trabajando”. Además, convocó a “todos los gallegos de buena fe” a “trabajar por el futuro de esta bendita tierra”, como definió a Galicia.

Por otra parte, fuentes populares confirmaron ayer que Feijóo se trasladará próximamente a la residencia oficial de Monte Pío -estrenada en 2002-, a pesar de las reticencias que mostró inicialmente consciente de que “vivir en una casa oficial no es lo mismo que vivir en tu casa”.

De este modo, el presidente electo de la Xunta abandonará el piso que posee en Vigo para vivir en la residencia oficial en Santiago de Compostela, donde tiene garantizada una mayor seguridad.