En su discurso de investidura, el candidato popular a la presidencia de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, propuso como medida ante la crisis recuperar el Plan Galicia, el programa de inversiones diseñado por el Gobierno de Aznar en enero de 2003 para paliar los efectos de la catástrofe del Prestige. Retomar este plan, sólo en el apartado de las infraestructuras correspondientes al Estado, requerirá unas inversiones superiores a los 3.600 millones de euros en un plazo inferior a los siete años.

“En los cien primeros días de gobierno aprobaremos un plan de infraestructuras con un horizonte de ejecución del año 2015. En este plan estarán incluidas la totalidad de las actuaciones previstas en el Plan Galicia que se pondrán en servicio, en lo que se refiere a las actuaciones de competencia autonómica, antes de 2013”, aseguró Feijóo durante su intervención del pasado martes en el Parlamento.

Al Gobierno central, según la pretensión del candidato popular, le correspondería hasta el año 2015 invertir nada menos que 3.622 millones de euros en cinco proyectos, que salvo uno, están aparcados en un cajón.

La obra más ambiciosa del Plan Galicia es la conexión entre Ferrol y Bilbao por un AVE que discurriría por toda la Cornisa Cantábrica. Sólo en el tramo gallego, la inversión calculada era de 1.476 millones de euros. De esta línea nunca más se volvió a saber desde el cambio de gobierno en Madrid en el año 2004.

El programa de infraestructuras aprobado por Aznar incluía otra dos costosas líneas de alta velocidad, una con un coste inicial de 780 millones de euros entre Lugo y A Coruña y otra de 690 millones para conectar Monforte con Ponferrada. Ambos proyectos fueron condenados al fracaso, máxime si se tiene en cuenta que el eje Ourense-Lubián, la salida hacia la Meseta, apenas ha experimentados avances y en el Vigo-Ourense poco más se ha hecho que el estudio informativo.

La autovía Chantada-Monforte, valorada en 196 millones, sigue en la fase de mero proyecto y la Pontevedra-A Cañiza, con un presupuesto de 480 millones, ha sido sustituida por una alternativa, Pontevedra-O Confurco, pero de la que ahora se acaban de licitar los primeros proyectos constructivos.

El Gobierno asturiano mostró ayer su reticencias a la construcción de un AVE del Cantábrico, proyecto que está incluido dentro del Plan Galicia que Alberto Núñez Feijóo se propuso retomar en esta legislatura.

Según la consejera de Administraciones Públicas y portavoz del Gobierno asturiano, Ana Rosa Migoya, este tren, que conectaría por alta velocidad las comunidades del norte de España, causaría un impacto “brutal” en el medio ambiente y supondría una “fractura” del territorio.

Aunque su postura no supone un “no rotundo” al proyecto del AVE del Cantábrico, Migoya sí que dejó claras sus “reservas” hacia los efectos que podría tener esta infraestructura en el Principado. “Un tren de alta velocidad no es una carretera y fractura el territorio en dos”, recalcó.