Galicia necesitaría una extensión seis veces mayor para poder producir los recursos que consume y absorber todos los residuos que genera, según un estudio de la Federación Ecolóxica Galega (FEG). En otras palabras, para ser sostenible. Un reto que equivaldría a una extensión equivalente a “seis campos de fútbol” por cada gallego.

La denominada “huella ecológica” de Galicia es, según el secretario de la agrupación, Celestino Quintela, “más elevada” que la española y “mucho más elevada que la mundial, que ronda las 2 hectáreas por persona”. Cada habitante de la comunidad precisa cerca de 7 hectáreas para producir sus recursos y, dado que el territorio gallego es de 1,1 hectáreas por persona, “eso hace que tengamos deuda ecológica muy grande”.

Una gran parte de huella ecológica es relativa a la alimentación y a la cantidad de carne que se consume entre la población, ya que para producirla “se precisa una superficie muy grande de pastos para alimentar el ganado”, indica el responsable de la FEG. Otro déficit ecológico lo representa el consumo de productos marinos, y la “gran emisión de dióxido de carbono de nuestra industria, sobre todo de la energética”.