Encabezará la candidatura de Alternativa pola Unidade con el apoyo de la UPG y admite que el Bloque “perdió cierta nitidez en sus propuestas” que es necesario reconducir. El actual concejal de Seguridad en el Concello de Pontevedra se enfrenta a dos aspirantes con los que se declara dispuesto a negociar.

-De concejal a portavoz nacional del BNG. Parece un salto demasiado grande.

-No se puede plantear esto según el cargo que ostente cada uno. Yo soy un militante del BNG y un grupo de gente bastante amplio y numeroso me solicitó que en este momento histórico del BNG encabezara una determinada opción.

-Alternativa pola Unidade pretende separar el cargo de portavoz nacional del de portavoz en el Parlamento. ¿Podría originarse una bicefalia?

-Creo que no. La situación política cambió por varias cuestiones, no sólo por la salida del BNG del Gobierno gallego, pero me preocupa mucho más que sufrimos una nueva pérdida de apoyo social. Y esto obliga a la organización a reconsiderar la estrategia que siguió hasta el momento. Ese cambio pasa por dos cuestiones. En primer lugar, resituar a la organización en su modelo y su forma de funcionar; y, en segundo lugar, definir el espacio político al que el BNG preferentemente se quiere dirigir. En estas circunstancias, hace falta un portavoz nacional que se dedique básicamente a conseguir un partido con más calidad democrática, con menor hiperliderazgo, con más dirección colectiva, un BNG unido, en el que todas las ideas son legítimas y hay que discutir, pero tiene que llegar un momento de punto de encuentro y eso debe transformarse en actuación social. Creo que la sociedad espera un BNG que actúe unido, no como una especie de banda dividida. Dedicarse a eso, y también a estar en contacto con la gente, a escuchar, patear el país, esa tarea en sí misma es suficientemente importante, Los portavoces parlamentarios van a tener un papel importantísimo que cumplir, pero lo decisivo es que se dediquen todos los esfuerzos a mejorar la organización y recuperar apoyos.

-¿Qué giro pretende imprimir?

-Cada grupo político debe definir bien el espacio que quiere ocupar y el BNG tiene que dirigirse básicamente a asalariados, autónomos, pequeños y medianos empresarios, que conforman la mayoría social de este país. Debe estar atento a todas las corrientes de avance y transformadoras de la sociedad, responder a todos aquellos que cuestionan el modelo neoliberal o apuestan por un mundo más justo. Debemos dejar claro que somos nacionalistas y de izquierdas.

-¿Hasta ahora no era así?

-No tengo nada contra nadie. A pesar de no estar en el Consello Nacional me hago corresponsable con lo hecho, estuviera o no de acuerdo. En los últimos tiempos sí hubo una cierta pérdida de perfil, de nitidez en las propuestas, pero sin más. Siempre es fruto de la colectividad y no pienso criticar a otras personas que son muy válidas, pero no podemos seguir con la misma política en un momento en el que la situación cambió y el esfuerzo principal debe dirigirse a recuperar la confianza.

-Habla de unidad, pero se enfrentará a dos listas.

-La unidad no tiene que ver con el tema de las listas. Pasa en todos los grupos políticos. Hay tres listas porque hay tres formas de concebir cómo abordar las cuestiones organizativas y políticas y me parece estupendo. Al revés, es un proceso que permitirá oxigenar al BNG y al final nos permitirá llegar a puntos en común. Lo único que echo de menos es que cada lista no se presente con un programa político definido y propio. Eso dificultará el debate de ideas, que no de personas, porque en esa batalla no entraré.

-¿Negociará con ellos?

-Estamos abiertos. Todas las personas que conforman el BNG son válidas. Yo no estoy en esto para que dentro del BNG haya un gobierno y una oposición. No se trata del control, sino de ideas.

-Uno de sus contrincantes será Xosé Manuel Beiras.

-Siempre lo consideré en alta estima. Jugó un papel importantísimo y es legítimo que haga lo que estime oportuno. Beiras deberá seguir aportando.

-Pero parece que no es “santo” de la devoción de la UPG.

-Yo no soy de la UPG y si por algo me caractericé en mi vida es por ser poco obediente. Ni estuve en los cenáculos ni en cambalaches ni estoy por reírle las gracias a ningún dirigente.

-¿Teme ser un portavoz de transición?

- Lo que pase en el futuro lo decidirá la asamblea y uno no debe plantearse estar en los sitios ni como fijo ni como transitorio. No me lo planteo.

-El reto, al margen de las europeas, son las municipales de 2011.

-El BNG también debe emitir una opinión sobre Europa, pero, efectivamente, las municipales determinarán mucho nuestro ser o no ser y en ellas hay que empezar ya a volcarse.