A la vista de los datos que se van conociendo, y de las polémicas que han generado, seguramente la pregunta no es innecesaria: ¿para quién son más útiles, a quién benefician en última instancia, los Expedientes de Regulación de Empleo, los ERE...?

-Daniel Ramos. Ojalá que los ERE no tuvieran razón de ser en ningún caso, eso está claro. Pero, dicho eso, añado que parto de la base de que no hay ningún empresario al que le guste despedir a ningún trabajador, eso está claro. Ocurre que cuando surge una situación en la que para garantizar la pervivencia de la empresa hay que prescindir de alguien, obviamente la Ley ahora mismo habilita procedimientos, que son los ERE, y plantea que esos Expedientes se pacten. ¿Para los empresarios es el instrumento perfecto?. Personalmente creo que hay que hacer algo más a nivel laboral, abordar algunas reformas en el mercado de trabajo, siempre a partir del diálogo social.

-Francisco Miranda. Para nós é evidente que aos traballadores non nos favorecen. Dende que houbo a reforma laboral, o artigo 51 do Estatuto dos Traballadores propiciou moito o impulso da patronal a través dos Expedientes de regulación de Emprego, que historicamente, de principio, reducíanse a causas económicas que as empresas tiñan que demostrar de forma fidedigna, que tiñan perdas económicas nos tres exercicios anteriores á presentación do ERE para que a Inspección e a autoridade laboral lle deran o visto bo. Hoxendía poidéronse aplicar non soamente por razóns económicas, senón tecnolóxicas ou organizativas.

- Manuel Pérez. Creo, sinceramente, que un ERE no favorece a nadie en particular porque no es un instrumento que se oriente a ello. Tiene que plantearse ante una situación crítica; los viejos expedientes de crisis, que ahora identificamos como ERE -y hablamos de Expedientes suspensivos- tienen que obedecer a razones económicas, técnicas, organizativas o de producción, en su caso de fuerza mayor. E insisto, básicamente es un instrumento ante una situación coyuntural. Lo que ocurre es que muchas veces resulta difícil distinguir con claridad el límite entre lo coyuntural y lo estructural, y por eso puede existir un cierto abuso en su utilización.

-Ramos. Bueno, se ha dicho que los Expedientes de Regulación de Empleo se están utilizando en estos últimos tiempos para resolver problemas que vienen del pasado aprovechando los que ahora se presentan, pero es más cierto que negociación siempre la hubo y de un tiempo a esta parte los sindicatos tienen un papel clave en ella, sobre todo en las empresas de medio y gran tamaño, y ahí están. Dicho eso, que se llame ERE a la vieja negociación como instrumento para resolver problemas,o se llame de otra manera, es casi indiferente desde un punto de vista práctico, la verdad sea dicha.

-Miranda. Aí ten un papel fundamental a Administración, pero co citado artigo 51, na práctica os ERE convírtense na antesala de cousas moito peores que as regulacións: a medio e longo prazo non van á suspensión de contratos senón a súa extinción. Para nós, para a CIG, os ERE han ter unha causa automáticamente xustificada onde a Inspección de Traballo e a autoridade laboral teñen que vixiar con moitísimo coidado para que non se produzan casos de subvención encuberta para que moitas empresas fagan caixa e arreglen a súa conta de resultados a fin de ano.

- M. Pérez. Hay que señalar, y aquí he de referirme a mi amigo Miranda, que la autoridad laboral y la Inspección tienen que ser muy cuidadosas, pero cuando hay acuerdo en fase de consulta, fase prevista en el ERE, la autoridad laboral, como dice el Tribunal Supremo, está constreñida en su resolución a ese acuerdo, salvo que aprecie fraude, dolo, coacción o abuso de Derecho. El ERE, resumiendo, no favorece a nadie en particular, quizá a la sociedad en conjunto. Es un instrumento para superar situaciones coyunturales de dificultad, y que ahora son debidas sobre todo a razones económicas y de producción y están orientadas a la viabilidad de la empresa y al mantenimiento del empleo.

No son pocas las denuncias de que los ERE, que en la teoría son para lo que son, en la práctica se usan para otra cosa...

-Ramos. Cierto que hay empresarios buenos y malos, como hay sindicalistas, políticos o funcionarios. Y conviene además, como ya he dicho, distinguir bien entre ellos, como es indispensable hacerlo en prácticas económicas, ya que no es razonable considerar igual a los grandes que a los medianos o pequeños. Pero tampoco conviene perder de vista una cosa: las cuentas de resultados no son un mal, sino un balance hecho a base de sumas y restas que deben cuadrar. Se ha dicho aquí que hay quien aprovecha los ERE para cuadrarlas, y quizá sea cierto pero los que lo hacen son unos sinvergüenzas.

-Miranda. Nós, como CIG, estamos en contra por completo dos ERE. Vimos dunha economía de libre mercado que non queríamos e que, ademáis, está funcionando mal, moi mal, e pensamos que o Estado debe poñer medios de control para que non haxa abusos de ningún tipo, pero os que teñen que arriscar nunha economía de libre mercado son os empresarios, non os traballadores. E digo isto porque na nosa opinión non se pode, efectivamente, medir coa mesma vara a todos. Para min, as utilizacións que fan dos ERE os grandes empresarios, e en concreto as empresas da automoción, son escandalosas.

-M. Pérez. Los límites que puede apreciar la Inspección van a ser los grandes conceptos, en los que se puede hablar de “cajón de sastre”: el fraude, el dolo, el abuso de derecho y la coacción. Aunque algunos son difíciles de concretar, el abuso de derecho es más complicado, porque puede ser a veces admitido por todas las partes; algún ERE ha habido para dos auxiliares administrativos. Insisto, el ERE sirve para superar la crisis pero desde la responsabilidad del empresario y de los trabajadores. Y hay que ver en él otro aspecto: existen otras formas de contratación que se usan poco y que podrían ayudar.

Una cosa es evidente: cuando se habla de uso indebido se mira más hacia un lado que hacia otro. Los empresarios...

-Ramos. Insisto en que no es normal ni frecuente que un patrono despida a sus trabajadores y luego se compre una casa impresionante. Se manejan a veces algunos conceptos con falta de rigor e incluso demasiada demagogia, omitiendo por ejemplo que hay muchos empresarios que arriesgan y sacrifican su patrimonio personal por salvar la empresa y los empleados, y si hay crisis es para todos. No hay que sacralizar o criminalizar los ERE: en definitiva son algo como lo que había antes, una negociación a tres bandas de la que también se puede hacer mal uso, sí, pero por todas las partes implicadas en ella.

-Miranda. Nestes momentos non se pode facer uso e abuso dun instrumento que se ten que empregar para momentos concretos e causas moi puntuais. Para nós, o máis escandaloso e vergoñento é que a Administración e a Inspección de Traballo aprobasen o primeiro ERE para unha grande empresa que no ano anterior obtivera beneficios do 150 por cento e plantexara o Expediente por razóns organizativas. É intolerable que con cartos públicos todos axudemos a esa empresa a gañar máis cartos, non a defender a súa plantilla. A Administración ten que ser fina para distinguir entre a necesidade e o fraude.

-M. Pérez. Hay dos supuestos distintos para el ejercicio de esa fineza. El primero será aquel en el que no haya habido acuerdo entre las partes; el segundo, cuando, en fase de consultas, hay acuerdo. Y quiero significar que un porcentaje elevadísimo de los ERE vienen consensuados entre las partes, y añado que es clave, para lograr el pacto, el ejercicio que se haga antes en la empresa de los derechos de información, de participación y de consulta de los trabajadores. En algunas empresas se hace así de forma rigurosa y efectiva, porque los primeros que tienen que conocer cómo está la empresa son los trabajadores.

Se han reclamado cambios en el mercado laboral...

-Ramos. Hay que abrir caminos nuevos a nuevas fórmulas de contratación. El empresario, muchas veces, lo que busca es una persona que produzca por lo menos lo que cobra y hay que cambiar de mentalidad y de esquema. Esos cambios por supuesto que habrá que hacerlos con el diálogo. Pero creo importante decir que se está haciendo demasiado quizá para apuntalar antiguas estructuras laborales y muy poco en explorar y analizar nuevas fórmulas que seguramente podrían ayudar.

- Miranda.- Os experimentos, no mundo laboral, con gaseosa. É curioso que en sectores onde moitos contratos non son fixos, hai poucos ERE porque non hai obras e por iso os traballadores están no paro. ¿Onde hai ERE? Pois nos sectores máis industrializado, cunha precariedade enorme, moitos contratos ficticios por horas, etcétera. Os empresarios usaron modelos distintos de xeito escandaloso durante anos, pero iso non resolveu. Iso das novas fórmulas hai que explicalo despacio.

-M Pérez. Conviene tener en cuenta que lo que quiere el empresario es tener producción y colocarla; el problema no es producir sino a quien se le vende lo producido. Y ése es un factor, como habrá que considerar lo que está ocurriendo. He dicho ya que quizá la profundidad de la crisis no está dejando ver otros modelos de contratación que podrían dar algún resultado para ayudar, y que otros han empleado con algún éxito. Habilitando negociación, pero sin renunciar previamente.