Los documentos oficiales, tanto el de organización de la asamblea del 10 de mayo como el que diseña la estrategia política del futuro, fueron aprobados por holgada mayoría. El reglamento del congreso obtuvo un respaldo del 82,4% mientras que el documento político lo tuvo del 83,7%. La práctica totalidad del voto en contra recayó en los representantes de Encontro Irmandiño, la corriente liderada por Xosé Manuel Beiras que desde los comicios promueve las reflexiones más críticas con la dirección del Bloque, dimitida hace tres semanas.

Encontro Irmandiño, con 13 miembros en el consello nacional, está en contra tanto del reglamento como de la estrategia. Frente al modelo de un congreso con 2.500 delegados que elegirán las asambleas comarcales, la corriente de Beiras quiere que sea abierto a todos los militantes. Y en cuanto al documento, Encontro Irmandiño presentó una enmienda a la totalidad -su devolución-, pero no encontró apoyos suficientes en el consello nacional.

El sector crítico pide volver al pleno asamblearismo, recuperar para los órganos de dirección el carácter colegiado o que la designación de la mayoría del consello nacional corresponda hacerla a la asamblea nacional. En las tesis que propone la corriente “irmandiña”, se hace hincapié en la ausencia de “autocrítica, hasta ahora, de los sucesivos retrocesos electorales desde 2001, fecha en que el BNG pasó en los comicios de tener 18 escaños a 17, los mismos que obtuvieron los socialistas, y se recalca el “abandono o alejamiento de la línea ideológica y de la práctica política nacionalista y de izquierdas por otra ecléctica, mistificada y centrista”.

En el consello se presentaron 60 enmiendas para corregir los documentos oficiales, pero sólo se aceptaron 20, sin que ninguna de ellas suponga cambios significativos. Anxo Quintana no pudo asistir por razones familiares.