La táctica policial de detener a dos manifestantes, identificarlos y amenazar con sanciones para amedrentar al resto. Así fue como terminó ayer en Santiago la protesta de unos cien ganaderos que durante casi dos horas bloquearon Mercagalicia, centro de distribución de productos alimenticios ubicado en el Polígono del Tambre.

Con la protesta, los productores pretendían volver a denunciar la importación ilegal de millones de litros de leche de Francia o Alemania. En Mercagalicia se encuentra el centro de logística de la cadena francesa de supermercados DIA, a quienes los ganaderos acusan de importar 2 millones de leche a precios por debajo de los que se paga a los propios ganaderos en Francia. No sólo DIA. La denuncia se extiende a Mercadona (9 millones de litros), Lidl (otros 2) y Eroski (1,5 millones).

Un día después de que las industrias dejasen de recoger más de 300.000 litros de leche a 1.700 ganaderos, los productores quieren garantías de recogida y reclaman al Gobierno que actúe y se siente con las empresas para obligarlas a dejar sus prácticas ilegales.

Y lo peor está por llegar, según apuntan los tres sindicatos (Unións Agrarias, Xóvenes Agricultores y Sindicato Labrego) y la Asociación Galega de Cooperativas Agrarias, presentes en la protesta. Higinio Mougán, gerente de Agaca, dice que el sector está “en caída libre” y que la perspectiva es que, de los 0,32 céntimos que se pagaban por litro en febrero, se baje a 0,25 y se deje de recoger a más granjas.

30 metros de cadena

Y de ahí la protesta, la primera de una serie de actos que culminarán el 16 en Madrid. Ayer, los organizadores compraron en Leroy Merlin 30 metros de cadena para cerrar Mercagalicia. Tras un recorrido de media hora por el polígono, bloquearon los accesos al centro de distribución. Aunque anunciaron una protesta de diez minutos, pasaron casi dos horas sin movimiento. Unos cien transportistas se vieron paralizados y las quejas de los afectados fueron la excusa perfecta de los antidisturbios de la Policía Nacional, que avisados por el Concello, ya estaban esperando la protesta, para actuar.

La situación desesperada que viven los ganaderos -afirman que 4.000 explotaciones gallegas corren el riesgo de desaparecer- hicieron que los ánimos se fueran encendiendo. Desde dentro de Mercagalicia, un encargado salió un par de veces a negociar la posible salida de vehículos, pero se fue con la amenaza de encadenarlo también.

Al final, los antidisturbios cortaron la cadena y empezaron a desplazar a los concentrados. A un par se los llevaron de malos modos, pero los ganaderos se dispersaron cuando los agentes amenazaban con sus porras. “No sirve de nada comerse unas hostias; no va a solucionar nuestros problemas”. Las protestas se repetirán. Quizás por eso se llevaron la cadena.