La amenaza de varias industrias lácteas de dejar de recoger leche, o bien de reducir su adquisición, ya se ha hecho realidad. Desde ayer, unos 1.700 ganaderos gallegos tendrán que buscar cada día otra alternativa a unos 300.000 litros, según estimaciones de la Asociación Galega de Cooperativas Agrarias (Agaca). Su destino, a partir de ahora, será la transformación en polvo, tal y como contemplan los mecanismos de intervención de la Administración para absorber excedentes. Pero esto supone que el litro se pague a unos 18 céntimos, un 50% por debajo de los costes de viabilidad (37 céntimos) e inferior también al precio de mercado (entre 26 y 28 céntimos). Además, esto sólo es el principio, critica el sector. La situación “irá a peor” las próximas semanas, y llegará a afectar a 2.000 ganaderos en la comunidad gallega, el 15 por ciento de todo el colectivo.

Según Higinio Mougán, de Agaca, la industria justifica esta medida “porque dice que no es capaz de vender la leche”. Mougán, al igual que otras agrupaciones agrarias, denuncia que las principales cadenas de distribución importan leche, ya envasada, a bajo coste, además del producto sin procesar que se introduce en España “a precios muy bajos”, lo que califican de “dumping”.

El volumen de producto que quedará sin comprador se destinará a su transformación en polvo, por lo que será pagado a “precio de intervención” (18 céntimos), lo que no cubre los costes de producción. A juicio de Mougán, esta coyuntura deja a las explotaciones en la cuerda floja, un punto que comparten los tres principales sindicatos agrarios.

Roberto García, de Unións Agrarias, cifra los ganaderos afectados en unos 500 y el volumen de leche sin comprador en unos 200.000 litros (en Galicia se producen al año algo más de 2 millones de toneladas). Según García, vender por debajo de los costes de producción supondrá el cierre de muchas de las explotaciones. Además, denuncia que la leche que debería ir destinada a polvo, no aparece reflejada después en las estadísticas de intervención del Estado, y asegura que vuelve al mercado a través de otros compradores.

Carmen Freire, del Sindicato Labrego Galego, apunta a que el aumento paulatino de la cuota láctea agravará la situación, al sobrar leche en la Unión Europea. Por el contrario, España es un país deficitario, que consume más que produce, por lo que es “una vergüenza que quede leche sin recoger” , reprocha Francisco Bello, de Xóvenes Agricultores. Todos reclaman que se garantice la recogida de la leche a un precio viable para las explotaciones y así lo pedirán en una movilización conjunta el 16 de abril en Madrid, tal y como hicieron el pasado día 23 de marzo en A Coruña y en otras concentraciones anteriores. Además, anuncian para hoy una acción de protesta sorpresa.

Por su parte, la ministra Elena Espinosa aseguró ayer que los precios de la leche en España superan la media de Europa.