Como cualquier ciudadano, los ayuntamientos gallegos pueden recurrir a bancos y cajas cuando el bolsillo se resiente. En su caso, además, con el amparo de la ley, que considera los préstamos como una vía más para costear las inversiones. La delicada situación económica ha llevado al Gobierno central a elevar el límite de esa deuda, con un máximo del 3% de los ingresos no financieros. Aún así, y pese a las quejas que lanzan constantemente sobre sus dificultades para llegar a final de año, los concellos se resisten a incrementar su dependencia de la financiación externa, algo más de 228 euros por habitante, la mitad que la media del conjunto del Estado -unos 556 euros- y uno de los niveles de endeudamiento más bajos entre todas las comunidades.

El saldo vivo de los municipios de Galicia alcanzó al cierre del pasado 2008 los 635,458 millones de euros, según el primer balance sobre endeudamiento local publicado por el Ministerio de Economía. Más del 48% del total se concentra en las siete principales ciudades de la comunidad, aunque no en el orden que se podría esperar en función del volumen de población. Vigo, la ciudad con el censo más alto, está en quinto lugar, con algo más de 31,1 millones de euros de deuda. Por delante, A Coruña, donde la cifra se dispara hasta los 77,584 millones de euros; seguida de Santiago, con 63,3 millones; Ourense, donde el endeudamiento del consistorio supera los 45,5 millones; y la capital lucense, con casi 43,7 millones de euros. Los créditos y préstamos suponen en Pontevedra 24,1 millones y otros 22,8 millones en Ferrol.

La lista de concellos con mayor endeudamiento la completan Vilagarcía, con más de 18,6 millones; Sanxenxo, donde alcanza los 13,7 millones; Boiro, con 10,3 millones; Ribeira, Narón y O Grove, que superan los 6 millones; y finalmente Oleiros, con 5,2 millones de saldo vivo. Todo lo contrario que la situación de los 51 municipios gallegos, el 16% de los 315 que hay, que o bien tienen sus cuentas muy saneadas o se apretan mucho el cinturón porque su saldo vivo en 2008 fue cero.

El ratio de endeudamiento varía, y no precisamente poco, entre las cuatro provincias. Los concellos ourensanos superan los 263 euros por habitante. Su diputación, según los datos del Ministerio de Economía, tiene un saldo vivo de 58 millones de euros. Los segundos con más deuda son los de Lugo, con una media de 252 euros por cada vecino, aunque en el caso concreto de su organismo provincial, la cifra es de las más bajas entre las diputaciones y cabildos, de poco más de 9,2 millones de euros. La deuda entre los municipios de A Coruña se queda en los 250 euros. La de la Diputación coruñesa roza los 95 millones. Su homóloga en Pontevedra se acerca los 70 millones en una provincia en la que el nivel de endeudamiento de los concellos cae hasta los 180 euros por habitante.

En el entorno de Vigo, la localidad de Nigrán destaca sobre el resto, con 5,162 millones en préstamos. Mos y Moaña se mueven en el entorno de los 4 millones; y la deuda en Redondela y Cangas supera los 3,8 millones. La de Porriño alcanza los 2,9 y la de Salvaterra, los 2,8 millones.

El saldo vivo de los municipios gallegos -sólo es menor en proporción con la población el de Cantabria- está a años luz de los niveles que toca en Cataluña (548 euros por habitante), Aragón (744), la Comunidad Valenciana (503 millones) y, sobre todo, Madrid, con un nivel de deuda disparado, en 1.245 euros y un total de 7.812 millones. Claro que sólo la capital madrileña tiene en créditos más de 6.000 millones, un 25% de toda la deuda municipal española y que, según Economía, se elevó en 2008 a 26.128 millones.