Ocho agentes de la Guardia Civil, acompañados de una secretaria judicial, se personaron en la mañana de ayer en dependencias de la Sociedade Galega de Medio Ambiente (Sogama) para proceder al registro de la sede de la empresa pública. Los pesquisas judiciales y policiales, que comenzaron a las nueve de la mañana, se prolongaron hasta pasadas las seis de la tarde.

Los agentes -que requisaron información de todas los departamentos de la empresa pública: dirección, área jurídico-técnica, económica y de personal- se incautaron de documentación y de diversos archivos, en papel, de la sociedad pública pero también realizaron copia de los discos duros de los ordenadores, así como del servidor de la empresa.

La operación está coordinada por un juzgado de Instrucción A Coruña, que investiga el posible tráfico de influencias en la empresa pública. Ese mismo juzgado es el que estudia la comisión de un presunto delito ecológico por vertidos ilegales en el río Lengüelle, a su paso por el municipio coruñés de Cerceda. Fuentes de Sogama aseguraron que el registro tiene su origen exclusivamente en las investigaciones sobre los vertidos contaminantes. "Hemos prestado la máxima colaboración con la Justicia", aseguraron fuentes de la empresa.

El escándalo por las anomalías contables en el seno de la empresa pública saltó el pasado día 20, cuando transcendió que altos cargos de Sogama habían denunciado ante la Consellería de Economía y la Intervención Xeral de la Xunta la firma de contratos millonarios irregulares.

Cuatro dirigentes de la empresa pública acusaron al 12 de noviembre, en un escrito dirigido al departamento de Xosé Fernández Antonio, que Sogama había adjudicado "a dedo" la basura excedente del vertedero municipal coruñés de Nostián. Según esa denuncia, Danigal era la empresa privada beneficiada por la sociedad pública para gestionar los rechazos. Esta concesión "arbitraria e unilateral" del presidente de Sogama, José Álvarez, le ha reportado a Danigal en el último año una facturación de más de cuatro millones.

Oferta más cara

Otras de las anomalías denunciadas ante Economía se centra en la adjudicación de los trabajos de automatización de la planta de reciclaje de Cerceda. En el escrito de denuncia se recoge que el presidente de Sogama adjudicó el proyecto a la oferta más cara, pese al criterio de los técnicos de la empresa pública y de la mesa de contratación.

Al concurso, por valor de más de 19 millones, concurrieron seis grandes firmas pero la oferta vencedora fue adjudicada a la empresa, Cespa, "por decisión del presidente de Sogama, avalado por un informe elaborado ad hoc por la Universidad de Vigo", recoge la denuncia. Los directivos de Sogama han criticado que el mencionado informe sirviese de "aparente y formal cobertura para conseguir una adjudicación voluntarista en sacrificio de los criterios técnicos y económicos de la adjudicación". Tanto la mesa de contratación, constituida con personal cualificado de Sogama, con la entidad avalada por la Xunta Ecoembes, habían emitido dos informes coincidentes previos en los que se decantaban por una empresa que no ganó.

Las denuncias de los directivos de la Sociedade Galega de Medio Ambiente no quedaron ahí. Sogama asumió costes de personal de la planta de selección de envases ligeros de Cerceda que no le correspondían y que ascendieron a más de 5.000 euros al día. Danigal ha facturado a la empresa pública unos gastos en concepto de personal que en su día se comprometió a asumir.

Oficinas nuevas

Sogama también incumplió el pliego de contratación en el momento de adjudicar las obras de sus oficinas en Santiago. Los directivos de Sogama alertaron a Medio Ambiente en su escrito del pasado 12 de noviembre que José Álvarez contrató "unilateralmente" al Colegio de Arquitectos el estudio de las ofertas técnicas para llevar a cabo las obras y que cuentan con un presupuesto de 568.000 euros.

El consejo de administración de Sogama adjudicó el concurso "exclusivamente" a tenor del estudio técnicos de las ofertas encargadas "personalmente" por José Álvarez. Los directivos critican que al no mediar más estudio técnico que el de las ofertas encargadas por Álvarez, "como poco, se atenta a la dignidad de los empleados de la empresa pública".

Pero, a las irregularidades contables cometidas por Sogama, y que en estos momentos están siendo investigadas, hay que añadir la investigación por emitir vertidos tóxicos.

Delito ecológico

La voz de alerta la dio un vecino el 19 de octubre tras tomar fotos del cauce del Lengüelle repleto de espuma, ese día aparecieron 3.000 ejemplares de truchas muertos en sus aguas. En aquel momento, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil siguió la pista de los vertidos y acabó en la planta de tratamiento de residuos de la Xunta de Cerceda.

La guardia civil tomó declaración a trabajadores y directivos de Danigal tras descubrir en las inmediaciones de la depuradora de la planta de tratamiento una tubería de hormigón que vierte directamente al manantial donde nace el río Areosa.

A pesar de que Danigal cuenta con un permiso de Augas de Galicia para canalizar el agua limpia que sale de sus instalaciones y devolverla al Lengüelle, la Guardia Civil constató que esa tubería transportaba algo más que líquido depurado. Así lo ratificó un informe elaborado por la Facultad de Farmacia que obra en manos del juez instructor del caso.

Poco después de conocerse el vertido, tanto la Consellería de Medio Ambiente como Sogama y la empresa contratada por ésta, Danigal, se autoexculparon.

A las críticas contra Sogama se sumó ayer el portavoz de CC OO, Enrique Llanes. "Está quemando el dinero de todos los gallegos, ha llegado el momento de decir basta a las chapuzas del actual presidente de la empresa pública, de denunciar el acoso que están sufriendo los trabajadores y la mala política medioambiental", denunció.

La central sindical, la única que cuenta con representación sindical en la empresa pública, salió ayer al paso de las afirmaciones realizadas estos días por el presidente de la Sociedade Galega de Medio Ambiente, José Álvarez en las que defendía su trabajo "transparente" al frente de la empresa pública. "Al presidente de Sogama sólo le preocupa gastar dinero para limpiar su imagen pública", afirma.