El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, lanzó ayer un jarro de agua fría sobre la euforia mostrada tras la resolución del concurso eólico (2.325 megavatios) por el vicepresidente y el conselleiro de Innovación, los nacionalistas Anxo Quintana y Fernando Blanco, respectivamente. Frente a las manifestaciones categóricas y entusiastas de Quintana -"Galicia es la gran ganadora"-, Touriño advirtió de que el proceso aún estaba en "una fase inicial" que culminará "necesariamente" en el Consello de la Xunta, "que presido yo". Durante su visita a Vigo, quiso dejar claro el mensaje de quién tendrá la última palabra al insistir en que el momento "determinante" todavía estaba por llegar y enfatizó, enigmáticamente, que esa fase derivaría en "la aprobación o no" de los proyectos presentados.

Sin entrar a descalificar el concurso fallado ayer por la parte nacionalista de la Xunta, Pérez Touriño sí que eludió realizar el mínimo elogio hacia el mismo y la mayor parte de su intervención se centró en explicar los matices, las limitaciones y las condiciones que tienen que cumplir las empresas preseleccionadas antes de conseguir las millonarias concesiones otorgadas. "Ahora cada uno de los anteproyectos que acaban de seleccionarse tienen que presentarse como planes y proyectos sectoriales. Por tanto, deberán llevar necesariamente la evaluación y el informe preceptivo de Patrimonio[Consellería de Cultura], Urbanismo y Territorio [Consellería de Política Territorial] y Medio Ambiente. Además de estos informes, también la Consellería de Economía y Hacienda tiene que informar preceptivamente en relación con las tomas de participación de la Xunta y de las variaciones", detalló.

Informes preceptivos

Sólo cuando las diferentes consellería emitan sus informes, los proyectos podrán ser examinados por el Consello de la Xunta, "y en su caso, aprobados o no con carácter definitivo". Se da la circunstancia de que tres de los cuatro documentos señalados por el presidente gallego corresponde elaborarlos a consellerías dirigidas por socialistas, que se han mantenido voluntariamente al margen del proceso al considerar que no aportaba todas las garantías legales exigibles. Por si había alguna duda sobre el papel que juegan estos informes en el concurso eólico, el presidente zanjó: "Son vinculantes y decisivos". Sólo así se mantendrá "la garantía de transparencia plena y el cumplimiento de la normativa". En una palabra, tras la fase de protagonismo de los nacionalistas, ahora le toca el turno a los socialistas, con la diferencia de que su voz será determinante.

Los dos candidatos [Caixanova y las conserveras Alfageme y Albo] que recibieron más de 200 megavatios merecieron una especial mención del presidente gallego. "Están fuera del actual Plan Sectorial y necesaria e inequívocamente deben de ser incluidos dentro de un nuevo plan, que a su vez tendrá que ser aprobado por el Consello", anunció.

Aunque sin referirse en ningún momento al vicepresidente Quintana y a su posible rechazo a la intervención de la parte socialista de la Xunta en el concurso, Touriño avisó que "estamos delante de un procedimiento reglado, en un Estado de derecho, en un gobierno democrático".

El abandono, hace dos semanas, de los representantes socialistas de la comisión que decidió la puja, al alegar falta de tiempo material para analizar toda la documentación aportada, también fue objeto de análisis de Touriño, quien respaldó su decisión, dejando claro que también la promovió. "Es evidente que por problemas de tiempo y premura se produjeron incidencias como ésta [el abandono]. Los funcionarios salvaguardaron su posición como consellería ya que entendieron que no tenían toda la información en tiempo y forma para poder compartir todo ese proceso de selección", justificó.