La filosofía del nuevo modelo de financiación autonómica que pretende sacar adelante el Gobierno central estas mismas navidades para cerrar el acuerdo definitivo a finales del mes de enero en el Consejo de Política Fiscal y Financiera se asienta en una premisa básica: más dinero para todas las comunidades autónomas.

Como quiera que todas las autonomías precisan de manera urgente más recursos económicos para atendere a unas demandas sociales crecientes, el acuerdo que meses atrás se antojaba harto difícil parece ahora más cercano, tras los contactos mantenidos por José Luis Rodríguez Zapatero con los presidentes de Cataluña, Andalucía, Madrid, Galicia, Asturias y Extremadura, a los que seguirán nuevas reuniones con los demás presidentes autonómicas.

La dificultad estribará en conjugar los intereses de las comunidades menos dinámicas, entre las que está Galicia o Asturias, con el deseo de las autonomías más ricas de ponerse por delante en la adjudicación de recursos por habitante.

El nuevo modelo del Gobierno central plantea distribuir buena parte del dinero conforme al principio de igualdad: más del 75 por ciento de los ingresos procedentes de impuestos se repartirán de tal forma que las quince comunidades autónomas reciban un nivel similar de dinero por habitante. Cabe recordar que el País Vasco y Navarra gozan del régimen foral, que está al margen del sistema de financiación autonómico.

Mediante esta nueva fórmula, las comunidades autónomas recibirán más dinero, pero se reducirán notablemente las diferencias en recursos por habitante, que hasta ahora beneficiaban a las comunidades menos pobladas y dinámicas como las del noroeste, caso de Galicia, Asturias, Castilla y León, Extremadura y Cantabria.

El denominado frente del noroste sostiene que esa diferencia a favor permitía cubrir los sobrecostes que tiene la prestación de servicios a una población envejecida, dispersa y con una orografía complicada. Y es que el sistema español no especifica el coste que los servicios alcanzan en cada territorio. De ahí que las comunidades del noroeste defiendan que el nuevo reparto debe tener en cuenta esos criterios y no, exclusivamente, el de la población que ya dota a las comunidades más habitadas de mayores ingresos por vía fiscal.

El nuevo modelo del Gobierno preve fondos de nivelación y suficiencia, margen de maniobra con el que se queda la administración central tras asignar el 50 por ciento de los ingresos del IRPF y del IVA, frente al 33 y al 35 por ciento que traspasaba ahora a las autonomías.