El secretario xeral del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, concurre por tercera vez a las elecciones autonómicas con el fin de "consolidar" el "cambio" iniciado en 2005 y avalado por el trabajo realizado como cabeza visible del Gobierno bipartito de la Xunta de Galicia durante esta legislatura.

Nacido en A Coruña en 1948, el mayor de los candidatos a la Presidencia del Gobierno gallego es doctor en Ciencias Económicas por la Universidade de Santiago de Compostela, donde desempeñó el cargo de vicerrector para Asuntos Económicos, lo que le confiere un "plus de solvencia" para hacer frente a la actual crisis, según indicaron fuentes del PSdeG a Europa Press.

Además, entre sus virtudes destacan su "perseverancia", su "enorme compromiso" y su "capacidad de trabajo" y creen que los cuatro años que pasó en la oposición al frente del partido le otorgan "una perspectiva" de Galicia con la que no cuentan sus adversarios, el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, y el portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana. "Su tarea en el Parlamento es un punto a su favor", concluyeron las mismas fuentes.

"Demostró ser muy sensato y prudente, una persona responsable que afronta los problemas y no huye de sus responsabilidades", describieron, aunque matizaron que esta constatación puede convertirse "en un defecto" porque "trabaja excesivamente" y "siempre está pendiente de todo, haciendo seguimiento de los temas de cada uno". "Debería delegar un poco más", entienden.

Del mismo modo, consideraron que constituye "un mejor presidente que candidato", puesto que, aunque actualmente está avalado por su gestión al frente de la Xunta, en las anteriores citas electorales "le faltaba gancho". Algo que achacaron a su "timidez", que le provoca "dificultades para hablar con quien no conoce" y que "le puede hacer parecer una persona poco cercana". Sin embargo, las encuestas internas que manejan los socialistas gallegos le otorgan una valoración "mucho mejor" que a los otros dos líderes, debido a que, según apuntaron, "demostró ser un presidente muy solvente". "Pondremos en valor que dio respuestas frente a la crisis y en las demás áreas, porque es contrastable", explicaron, y situaron a Feijóo en el extremo opuesto como "una persona poco seria, demagógica y desnortada".

Desde que tomó posesión de su cargo al frente del Ejecutivo gallego en 2005, cuando se marcó el compromiso de "gobernar para todos los gallegos", la palabra "cambio" fue la más utilizada por él, seguida por el "consenso" y la "unidad" en materias como el idioma y los proyectos de desarrollo y bienestar para la autonomía. Esta unidad, precisamente, es ahora el lema de la precampaña ('O que nos xunta').

Recorrido político

La vocación política de Touriño arranca en su época de estudiante, cuando militaba en el Partido Comunista y participó en luchas estudiantiles en el declive del franquismo. Además, participó directamente en el proceso del Estatuto de Autonomía de Galicia y en los 'Pactos do Hostal' que lo posibilitaron.

Touriño ocupó su primer cargo institucional de la mano del actual alcalde de Vigo, Abel Caballero, cuando éste fue ministro de Transportes, Turismo y Telecomunicaciones, en 1985. Once años más tarde, retornó a Galicia y al año siguiente, volvió al Parlamento gallego después del fracaso del PSdeG en las elecciones autonómicas, que convirtió a este partido en la tercera fuerza política, por debajo del BNG de Xosé Manuel Beiras.

Ya en 1998, fue nombrado secretario xeral de un partido fuertemente dividido, en sustitución de Francisco Vázquez, con un 61,5 por ciento de los votos de los delegados.

De este modo, en 2001 presentó por primera vez su candidatura a la Presidencia de la Xunta. Aunque perdió en los comicios gallegos, mejoró los resultados al obtener 17 escaños, dos más que en 1997, lo que le valió el empate con la formación frentista. Cuatro años más tarde, obtuvo 25 diputados, la segunda mejor cifra desde los 28 logrados en 1989.

Con estos datos, que le permitieron gobernar en coalición con el Bloque, Touriño fue reelegido en julio de este año como secretario xeral del PSdeG con el apoyo del 97,37 por ciento de los delegados, sin ninguna candidatura enfrente, y sin ningún voto en contra, aunque con una docena de abstenciones.

Campaña "presidencialista"

Con la premisa de su lema de precampaña, los socialistas desarrollarán una campaña "presidencialista" y "muy diversificada" por sectores --urbano, rural, público joven--, de modo que será "muy similar" a la que el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, puso en marcha durante las pasadas elecciones generales.

Para diseñarla, el PSdeG utilizará el apoyo logístico de Ferraz, que ya desplegó en Galicia un equipo "bastante grande" y que seguirá enviando emisarios a medida que se acerque la cita electoral. De momento, este equipo ya tomó las riendas en el acto de proclamación oficial del candidato, un evento muy animado al estilo americano, que se prevé como el aperitivo de lo que se servirá en la campaña.

Otro de los motivos esgrimidos por el partido para hacer del líder el "epicentro" de la campaña, es que las encuestas internas que maneja reflejan que, tanto en valoración personal como en conocimiento, está "ampliamente distanciado" de Feijóo y de Quintana.

Mensaje de campaña

El mensaje de campaña de Touriño utilizará el vértice de "consolidación del cambio", aunque en "positivo" y "con tranquilidad y sin crispación". En este sentido, las comparecencias públicas del secretario xeral se centrarán en "explicar" que Galicia "necesita continuar su desarrollo".

"El PP anunció que derogaría varias cosas y pedimos un refuerzo para impedirlo", expusieron los socialistas consultados por Europa Press, que entendieron que "hay que evitar que se tiren por tierra tantos esfuerzos" y "algunas reformas históricas". "Galicia necesita un poco más y el PP significa un paso atrás", concluyeron.