A la reunión de la comisión encargada de valorar los proyectos que optan al reparto de la cuota eólica gallega llegaron los técnicos de la Consellería de Innovación con cara de haber dormido poco. El segundo intento tras la frustrada sesión del pasado martes por la tarde, que tuvo que suspenderse por un fallo informático que, en teoría, impedía acceder al listado con las ofertas y las puntuaciones de cada una. Ésa fue la razón que se dio. Claro que viendo la cara de los representantes del departamento que dirige el nacionalista Fernando Blanco en la mesa, las causas del aplazamiento parecían ir por otro lado. Como finalmente reconocieron. Las calificaciones de los proyectos para hacerse con un pico de los 2.325 megavatios que se van a repartir -el mayor concurso eólico de la historia y una de las mayores licitaciones en manos de la Xunta- y la propuesta cerrada de ganadores están sin acabar. A la comisión no le quedó otro remedio que pedir más plazo. Porque el oficial, el que marca la convocatoria, acababa ayer, coincidiendo con el segundo encuentro de los evaluadores. Entre los concursantes, entre la oposición y entre las filas socialistas se habla claramente ya de una "chapuza" y muestran su indignación por la imagen de "descontrol" que se está dando en la recta final del proceso y la falta de transparencia que eso puede transmitir. Los representantes del las consellerías del PSdeG en la comisión siguen sin tener ninguna información.

Aunque el retraso más allá de la fecha tope fijada por la propia Consellería de Innovación hace seis meses, cuando arrancó el periodo de recepción de candidaturas, no aparece contemplada en el reglamento que rige el concurso, el trámite no es complicado. De la poca información que sale estos días de Innovación -Blanco sólo apareció ayer en un acto oficial y abierto únicamente a fotógrafos y cámaras de televisión-, la explicación: "un mero trámite administrativo". El director xeral de Enerxía, Anxo Calvo, presidente de la comisión, presentó una solicitud formal de aplazamiento al conselleiro, que la aceptó. La prórroga recoge siete días hábiles. Es decir, sin contar el próximo domingo ni el día de Navidad, con lo que los encargados de la evaluación final tienen en teoría hasta el viernes de la semana que viene, día 26 de diciembre, para lanzar su veredicto. Por lo pronto, la comisión está convocada de nuevo para el lunes, aunque nadie es capaz de decir si la documentación estará lista para entonces.

Los aplazamientos en la fecha de la resolución llaman especialmente la atención porque durante todo el proceso, el conselleiro de Innovación llegó a hablar en varias ocasiones de acortar los tiempos, pese a que la demanda de potencia es 13 veces mayor que la oferta y hay más de 170 candidatos a examinar para un millar de parques. En ningún momento se haló de problemas e incluso el domingo, Blanco confirmó que "el martes o el miércoles" se conocería el reparto de la codiciada tarta del viento gallego. ¿Qué ha pasado entonces para llegar a esta situación? Fuentes cercanas al concurso y en el sector apuntan a la falta de planificación por parte de Innovación y a las "evidentes" presiones de los pujantes en el concurso para arrancar todos los megavatios posibles.

El vicepresidente gallego, Anxo Quintana, pasó de puntillas ayer por los muchos ingredientes de la polémica y en la única comparecencia pública del área nacionalista de la Xunta tras las dos suspensiones de la comisión cargó contra la idea, que le "asombra", de un posible pacto con sus socios de gobierno, los socialistas, para cerrar juntos el concurso. "Eso nos colocaría en una etapa predemocrática", asegura. "Lo único que está habiendo -añade- es seguridad jurídica, un baremo publicado en el DOG y algunas propuestas que deben ser evaluadas técnicamente". Quintana defendió a los integrantes de la comisión, "muchos de ellos con más de 15 años de servicio ", y restó importancia al fin del plazo. "A mí lo que me importa es que los técnicos tengan el tiempo suficiente para trabajar con tranquilidad, sin presiones sin sentido, unas horas arriba o abajo me importan poco", afirma.

La perplejidad merodea también por las filas socialistas. Pero precisamente por todo lo contrario. Están muy preocupados por la imagen que se está transmitiendo, por "las sospechas de falta de transparencia que se pueden levantar con tantos despropósitos". Abiertamente, en el PSdeG-PSOE reconocen la sensación de "chapuza" que generan los dos retrasos "aduciendo causas que se contradicen". "Un esperpento", dice un alto cargo.

Como ya insistieron ayer, en el área socialista del bipartito afirman que no ha habido "ni una conversación" con sus socios de Gobierno ni tan siquiera para analizar la situación en la que está el proceso de reparto. No han tenido acceso a la documentación que se está elaborando. Por eso, están dispuestos a "mirar con lupa" la selección que llegue a sus manos a través de la comisión, donde están en minoría. Frente a ocho representantes de departamentos controlados por el Bloque, los dos representantes socialistas, de Medio Ambiente y otro de Política Territorial. Hay quien empieza a echar de menos también "una respuesta oficial de Touriño" como presidente de la Xunta "y de todo esto" y quien no descarta que los representantes socialistas voten "no" en la comisión.