"Esto es como el colegio, cuando tienes que ir estudiando un poco todos los días si no quieres llegar pillado a la hora del examen. Han tenido meses para ir revisando una a una las candidaturas. Lo que está pasando no es lógico, es bochornoso". La comparación la firma uno de los muchos participantes en el histórico concurso eólico de Galicia. Una de las muchas empresas que espera, y desespera, con los últimos coletazos del desenlace tan ruidoso que está teniendo "Faltó capacidad técnica, faltó organización y sobran las presiones -resume-. Lo que está pasando es una combinación de esas tres cosas". En un proceso que se presentó como ejemplo de transparencia, de ruptura con la política energética del anterior Gobierno gallego, lo que preocupa mucho en el sector es el ambiente de "falta de rigor" que se empieza a oler.

"La expectación es máxima", dice otro de los concursantes. Hay que leer entre líneas sus palabras, las de una firma acostumbrada a lidiar con licitaciones más o menos parecidas a ésta. No son pocos los que se muerden la lengua cuándo se les pregunta por los últimos acontecimientos que vienen desde San Caetano, conscientes de que con la lista de preseleccionados sin cerrar, cualquier palabra puede ser malinterpretada y usada como castigo. "Porque esas cosas pasan", asegura.

Pero lo cierto es que las dos suspensiones de la comisión de valoración y la constancia de que lo que se va a presentar en la mesa de elección es una propuesta de ganadores y suplentes ya puntuada está sentando mal "a los que estamos acostumbrados a hacer bien las cosas". Habla otro de los promotores con un proyecto presentado. De los grandes. "Podemos creer o no creer que haya injerencias de determinados grupos por hacerse con parte de la potencia, pero lo que está pasando estos días levanta, como mínimo, muchas sospechas".

Todos los concursantes consultados coinciden en señalar el peso que los intereses de "determinados proyectos" pueden estar incidiendo en los retrasos. "El proyecto de un edificio que se presenta como el mejor, el que tiene la fama porque lo firma un gran arquitecto, y luego resulta que a la hora de revisarlo, el proyecto no es tan bueno", se quejan desde otra de las firmas que participan en el reparto. A lo que une "la opacidad" que se está siguiendo. "El primer día hablan de un fallo informático. ¿Cuál es el ordenador? Porque nunca lo compraré. ¿O es que tienen sólo una copia de la documentación? Es que no tiene sentido en un proyecto de una envergadura tan grande, con tantos millones de euros en juego. Ahora dicen que el fallo es técnico y que no están las listas. Es increíble".

El sector energético, y en general los empresarios, conocen en primera persona que los trámites administrativos nunca suelen ser sencillos, ni tan cortos como en principio se podía prever. Eso sí. No pasan por el hecho de que el plazo fijado por la orden del concurso haya finalizado e Innovación "se haya sacado de la manga" una prórroga. "Voy a ver yo si el próximo trimestre Hacienda me admite a mí una prórroga para pagar el IVA". Es el otro gran frente abierto entre los concursantes: "¿Por qué no ha habido la misma flexibilidad para nosotros? Porque la documentación que exigían era muy concreta y puntillosa. Y no precisamente muy breve". Con ese precedente, los participantes consultados por este periódico se cuestionan el derecho que tendrá la Consellería de Innovación para exigir a rajatabla plazos a los proyectos industriales vinculados al reparto cuando todo esto pase.