Ahora sí, ahora el histórico concurso eólico gallego está en la recta final. A horas de conocerse el resultado. Pese a todas las previsiones de adelanto, la Consellería de Innovación e Industria agotará finalmente el plazo previsto en la orden que regula la subasta y la propuesta final con los promotores elegidos tendrá la firma oficial del responsable del departamento, Fernando Blanco, mañana, 17 de diciembre, seis meses después de iniciarse el proceso. Antes le queda un trámite más, uno de los que el Gobierno gallego presentó como prueba en el cambio en la gestión de la cotizadísima energía derivada del viento, como ejemplo de transparencia. La comisión encargada de valorar las peticiones se reúne para dar el sí definitivo a una lista de seleccionados que sólo podrá revisar en 24 horas. La convocatoria, que se esperaba para días antes, se ha ido retrasando, así que el repaso a toda la documentación técnica, los planes industriales vinculados a los proyectos de parques, la valoración técnica y el veredicto final, no quedará otro remedio, serán a contrarreloj.

Los técnicos de Innovación han estado trabajando durante todo el fin de semana a puerta cerrada para concretar esa lista. De la última criba salió una relación de solicitudes que, según varias fuentes, rondan los 5.000 megavatios (MW) de potencia. En ella, los promotores con más puntuación, los que conseguirán hacerse con toda o parte de la cuota a la que aspiraban; y los que le siguen en el cumplimiento de los criterios impuestos en el reparto y que quedarán como suplente por si alguno de los proyectos se queda por el camino en la siguiente fase. Serán los seleccionados, que la Consellería publicará en el Diario Oficial de Galicia (DOG), si reciben el respaldo de la comisión.

Y, salvo sorpresas de última hora, será así. Porque dado el ajustado plazo que tendrá la comisión para valorarlos, no hay mucho margen de maniobra. "La comisión sigue con su trabajo y está previsto que se reúna hoy", dicen en Innovación. Ni una palabra más.

Como recoge el decreto del 13 de diciembre de 2007 que sentó las bases para la reforma de la regulación de la explotación eólica y que desarrolló luego la orden de 7 de marzo que abrió el proceso, ante la elevada demanda de megavatios -más de 30.500, frente a una oferta de 2.325- y la concurrencia de más de dos peticiones sobre una misma instalación, Innovación decidió crear un órgano al que ceder la última palabra en la subasta. Ése es el cometido de la comisión de valoración, integrada por diez personas, la mayoría, vinculadas al departamento que dirige el nacionalista Fernando Blanco. Están, por un lado, la presidencia y la vicepresidencia, lugares reservados para el director xeral de Industria,_Enerxía e Minas y el máximo responsable del Instituto Enerxético de Galicia (Inega), dependiente de la Consellería de Innovación.

Minoría socialista

El resto de los componentes actúan como vocales: tres de la Dirección_Xeral de Industria, otros dos del Inega y un representante de las consellerías de Medio Rural, también en manos del Bloque; y de las controladas por los socialistas, Medio Ambiente y Política Territorial.

Aunque la orden que establece su funcionamiento reserva para la comisión las funciones de valoración de acuerdo con los criterios establecidos por Innovación -entre ellas, la viabilidad económica, la inversión empresarial, la repotenciación de parques ya existentes para evitar la creación de nuevas instalaciones, o la cesión de una participación a la administración gallega en los beneficios de los parques (hasta 22 puntos sobre un total de 100)-, varias fuentes conocedoras del proceso aseguran que a la comisión llegará una lista priorizada, en función, eso sí, del baremo. Una selección prácticamente cerrada.

Las siguientes fases

Y a partir del miércoles, ¿qué ocurrirá? Pues arranca la segunda fase del proceso. Todos los proyectos elegidos deberán presentar en un plazo máximo de tres meses la solicitud de autorización para los parques acompañada del proyecto técnico, el estudio de impacto medioambiental -que necesita la aprobación de Medio Ambiente, muy crítico con la proliferación de nuevos recintos y más partidario de que se apueste por la repotenciación, aunque sólo un 4% de las ofertas presentadas lo hacen-, la acreditación de la conexión a la red y el proyecto sectorial, que tendrá que recibir el beneplácito del Consello da Xunta.

Las peticiones serán sometidas a información pública y una vez recabada toda la información, los promotores tendrán un año para poner en marcha las instalaciones. Con esta obligación, Innovación e Industria pretende evitar la especulación con la venta de los derechos para los parques.

La expectación en el sector es máxima a 24 horas vista de la resolución. En juego está una porción de la suculenta tarta eólica gallega, a la que se han presentado más de 1.000 candidatos de toda Galicia, las principales firmas energéticas españolas e incluso compañías extranjeras. Nadie quiere hacer quinielas, por lo menos oficialmente, aunque son muchos promotores los que señalan la importancia que durante todo procedimiento se le ha dado a los proyectos industriales que acompañan las peticiones, especialmente el traslado de Ence por parte de Inverabán, la sociedad creada por Manuel Jove, Jacinto Rey y Epifanio Campo. "Será difícil contentar a todos con el reparto", reconocen varios promotores. Una frase que una y otra vez ha repetido en el último medio año el conselleiro de Innovación.