Ésta es la versión que cuatro de los cinco supervivientes del naufragio expusieron hoy, durante dos horas, en dependencias de Capitanía Marítima de Burela (Lugo), informaron a Efe fuentes de la investigación, que detallaron que los cuatro se encuentran "anímicamente mal".

Se trata de los portugueses Adriano Olibeira, Serginho Da Silva y Augusto Maia de Jesús, y el indonesio Casman, que ya declararon ayer en la localidad lucense ante la Guardia Civil y la Policía Judicial tras ser dados de alta en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, según explicó a Efe el armador del barco, Jesús Lavaller.

Todos ellos, junto a Luis Olibeira, que no llegó a tiempo a Burela para dar su versión pues fue dado de alta esta mañana, sufrieron hipotermia y diversas contusiones, informaron a Efe fuentes hospitalarias.

Los supervivientes detallaron que el aparejo arrastraba a 150 brazas del fondo y "embarró", es decir, se enganchó en el fondo del mar, lo que hizo de ancla y que entrara agua por la popa, pues había olas de "5 ó 6 metros", por lo que el barco escoró y volcó, y "en un minuto se hundió", según las mismas fuentes.

El naufragio del pesquero, con base en el puerto de la localidad portuguesa de Leixóes y trece tripulantes a bordo, ocho portugueses y cinco indonesios, ocurrió sobre las 07:48 horas de ayer a 24 millas al noroeste de San Cibrao.

Tres de ellos, Mario Castaño da Silva -patrón del barco-, José Tomé -primer mecánico- y José Agraca -contramaestre de redes- fueron hallados muertos entre los aparejos del barco.

Sus cadáveres, precisó Lavaller, permanecen en el tanatorio de Foz, donde son velados por sus familiares y diversas autoridades locales portuguesas, y serán repatriados a Portugal en cuanto tengan autorización para ello.

Otros cinco marineros están desaparecidos y el dispositivo de búsqueda rastrea la zona comprendida entre el lugar del hundimiento y Asturias, pues "la climatología nos lleva a pensar que puede estar allí" una segunda balsa con ellos a bordo, dijo a Efe la ministra de Pesca, Elena Espinosa.

Las embarcaciones "Irmáns García Nodal" y "María de Maeztu" permanecieron toda la noche rastreando la zona del hundimiento, a unas 24 millas al noroeste de San Cibrao, y esta mañana partió la aeronave "Rosalía de Castro", a la que se sumará el "Helimer Galicia" que será relevado por el "Pesca 2", informaron a Efe fuentes de Emergencias.

Sin embargo, el armador del barco confesó a Efe que tiene "pocas esperanzas" de hallarlos con vida, aunque "tenemos que cruzar los dedos y por lo menos recuperar los cuerpos", añadió.

También el alcalde de Burela, Alfredo Llano, ve "difícil" que los desaparecidos sigan vivos, y aseguró hoy a Efe que "la gente del mar está triste y solidaria" por lo ocurrido.

El barco hundido, de casco de acero y que había sido construido en el año 1978, tenía 34 metros de eslora y habitualmente operaba desde el puerto de Burela, a pesar de tener pabellón de Portugal, informaron a Efe fuentes de la Capitanía Marítima.