Sin embargo, la utilización que se hace de esta materia orgánica es distinta en función de cada una de las tres plantas de tratamiento de residuos que hay en Galicia, las tres ubicadas en la provincia de A Coruña.

La de Nostián presta sus servicios a la ciudad de A Coruña y su área metropolitana; la de Sogama, en Cerceda, da servicio a 265 ayuntamientos y gestiona el 80 por ciento de la basura producida en Galicia; y la planta de O Barbanza, en Lousame, atiende a nueve municipios.

En la primera de ellas --a la que llegan sólo de la ciudad herculina unas 50.000 toneladas de residuos al año de materia orgánica y otras 60.000 de inorgánica--, los residuos orgánicos se utilizan para compost y para la producción de energía.

En esta planta, los residuos orgánicos se introducen en unos biodigestores, donde sufren un proceso de "biometanización", la fermentación de la basura en ausencia de oxígeno, lo que genera metano.

Este metano, similar en características al gas natural que se extrae del desierto, permite luego la producción de energía. La electricidad que genera la planta en la actualidad es equivalente al consumo de alumbrado público de la ciudad de A Coruña.

SOGAMA

Por su parte, Sogama utiliza la energía producida con la incineración de residuos para el autoconsumo del complejo, mientras que la energía excedente la exporta al resto de la red eléctrica. Con ella, se puede abastecer a casi 100.000 hogares gallegos.

Con el nuevo plan de residuos de la Xunta, está previsto que Sogama se encargue de la utilización energética de los residuos que no se puedan reciclar y tampoco se puedan tratar en otras plantas. Este plan pretende reducir la incineración al 30 por ciento y apostar por el compostaje y la biometanización.

COMPOSTAJE

En cuanto a la planta de Lousame, que presta sus servicios en la mayor parte de los ayuntamientos de la Mancomunidad de la Sierra de O Barbanza, centra su actividad en la generación de compost a través de la materia orgánica y en la recuperación de residuos para su reciclaje.

A diferencia de Nostián, Lousame no genera energía con el tratamiento de la materia orgánica al tratarse de procesos de compostaje diferentes. Así, tras un mínimo de cuatro meses --después de una fase de fermentación y otra de maduración-- estos residuos se convierten en compost, que tiene diferentes usos en función de su calidad, desde la restauración de canteras hasta jardinería y agricultura.

RECUPERACIÓN DE ENVASES

Por el contrario, el proceso de recuperación de envases es similar en las tres plantas. Según datos de la Consellería de Medio Ambiente, el año pasado se recuperaron en Galicia casi 24.000 envases de plástico y metal. De ellos, 1.895 correspondieron a la planta de Cerceda; 1.931 a la de Nostián; 544 a la de Lousame y el resto a recogidas complementarias.

En cuanto al vidrio, en 2007 se recuperaron 14,8 kilogramos de vidrio por habitante, mientras que la cifra de residuos de papel y cartón recuperados se situó en 59.683. En cuanto a las pilas, se recogieron en 2007 un total de 184.696 unidades.

ENVASES LIGEROS

Sólo Sogama procesa 15.800 toneladas anuales de envases ligeros, clasificando unos 6.200 para su posterior envío a los centros recicladores donde los convierten en nuevos productos. Con la automatización de la planta de clasificación de este tipo de envases, esta planta prevé recuperar 3.300 toneladas adicionales.

Estas actuaciones, según informó a Europa Press un portavoz de la empresa, se complementarán con proyectos de compostaje doméstica en el medio rural con el fin de reducir la producción de residuos y favorecer reciclaje de materia orgánica en origen.