La presión ejercida por la Xunta no ha surtido efecto de momento. Las negociaciones entre el Ministerio de Fomento y la empresa concesionaria de la AP-9 para ampliar Rande siguen en punto muerto. "Todo sigue igual", reconocían ayer desde el departamento que dirige Magdalena Álvarez. El propio alcalde de Vigo, Abel Caballero, advertía que las conversaciones se encuentran enquistadas porque la propietaria de la autopista, Sacyr, está ahogada por las deudas y el Gobierno central no está dispuesto a aportar ni un euro más del dinero pactado en un principio.

El tiempo juega en contra. La delicada situación financiera de Sacyr la ha obligado a poner a la venta Audasa, entidad que gestiona la AP-9. Ya hay algunos candidatos a comprar la autopista gallega -Citigroup es el principal interesado-. El problema es que si no se concreta el proyecto para ampliar el puente de Rande antes de la operación, Fomento tendría que reclamar la ejecución de la obra a un nuevo propietario.

Por esta razón, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, reclamó la pasada semana al Ministerio de Fomento que apurase las negociaciones con Sacyr para cerrar el proyecto antes de la venta.

Desde el departamento que dirige Magdalena Álvarez explican que continúan manteniendo reuniones periódicas con la empresa concesionaria, pero que pese al mensaje lanzado por Touriño las negociaciones "siguen igual". "Ni avanzan ni retroceden", aseguran.

Según explicó el alcalde de Vigo, Abel Caballero, las negociaciones están en punto muerto porque Fomento no quiere aportar más dinero del acordado.

La ampliación del puente de Rande supone un coste de 200 millones de euros. El pacto inicial era que Sacyr aportase 100 millones y los otros 100 los adelantase el Ministerio de Fomento en concepto de préstamo. "No quieren darle más dinero a la empresa porque sí. Es la concesionaria la que debe asumir el gasto", explican desde la Alcaldía de Vigo.