Cada vez que un temporal arrecia en tierras gallegas, el sector eólico tiembla. Si el viento viene fuerte, los cientos de parques repartidos por la comunidad corren el riesgo de apagarse. De dejar de girar. A partir de los 100 kilómetros por hora, las aspas son incapaces de absorber tanta velocidad. Pero con rachas de fuerza 7 y 8, como ocurrió durante estos últimos días, los aerogeneradores son casi como minas de oro. Es la otra cara, la más amable, del mal tiempo, y que logró que en las últimas horas la eólica marcara un récord histórico. No de potencia, pero sí de cobertura de la demanda eléctrica en España. En la madrugada del lunes, a las cinco de la mañana, los aerogeneradores aportaron hasta el 43% de toda la electricidad que estaban consumiendo hogares y empresas, un total de 9.253 megavatios (MW). La quinta parte, de instalaciones gallegas, que funcionaban en ese momentos muy por encima de la actividad normal para un mes de noviembre.

La producción vertida a la red por la eólica de Galicia durante los días 23 y 24 -casi 56.200 MW, según los datos del Instituto Enerxético de Galicia (Inega)- sería suficiente para saciar las necesidades de electricidad de toda España durante aproximadamente dos horas. Lo que da una idea clara del potencial que tiene el aprovechamiento del viento como fuente energética en la comunidad. El pico más alto se alcanzó a las 8:45 horas, cuando estaba operativa una potencia de prácticamente 1.900 MW, de un total de 3.000 MW que están instalados en los parques gallegos y de los más de 9.000 en activo a esa hora en toda la Península. El techo de generación en el caso de la eólica gallega se remota al pasado mes de marzo, con 2.500 MW de potencia máxima y una media de 1.118,8 MW.

Pero esa potencia media no es la normal. Fue ése un mes con mucho y buen viento. Para hacernos una idea de lo que es habitual en un noviembre como en el que estamos, basta un vistazo al pasado ejercio, cuando a estas alturas la potencia media rondó los 800 MW, es decir, hasta 1.000 menos que la punta alcanzada a primera hora del pasado lunes.

Nunca antes la energía eólica había aportado tanto a la demanda eléctrica en España. Su contribución a saciar el consumo crece casi al mismo ritmo que la potencia instalada, más de 16.000 MW. Con el récord de cobertura del pasado lunes, son ya dos máximos históricos en la demanda este año, tras el anterior, el 22 de marzo, cuando los 9.862 MW en funcionamiento cubrieron el 40,8% del consumo. La Asociación Empresarial Eólica, la patronal del sector en España, espera que al final del año, el viento haya aportado casi el 11% de la demanda total de electricidad. "A esta significativa contribución -señala-, cabe añadir que la presencia de la eólica en el mercado rebaja el precio en 6 euros por cada MW/h lo que en 2007 supuso una reducción de 1.198 millones de euros frente a los 991 millones de las primas percibidas".

El coste económico, que va de la mano con el coste medioambiental. El pasado 2007, los aerogeneradores evitaron la importación en combustibles fósiles de casi seis millones de toneladas equivalentes de petróleo -valoradas en más de 1.000 millones de euros- y la emisión de 18 millones de toneladas de dióxido de carbono.

Objetivos en Galicia

El sector eólico está pendiente ahora en Galicia del desenlace del megaconcurso impulsado por la Consellería de Innovación para repartir los 2.325 MW con los que la comunidad llegará a 2012 con 6.500 MW instalados, lo que supondrá duplicar la cuota que actualmente está en funcionamiento. El espectacular incremento de los parques es una condición indispensable para cumplir los objetivos marcados por el departamento que dirige Fernando Blanco en materia energética, para que en los próximos cuatro años hasta el 95% de la electricidad que se consuma en Galicia venga de fuentes renovables.