El surgimiento de nuevos servicios como centros comerciales o infraestructuras de transporte han disparado la demanda de vigilantes de seguridad en Galicia, un sector que ha experimentado un crecimiento de alrededor de un 7% en los últimos años. Sin embargo, los casi 4.000 profesionales que se dedican a la vigilancia en la comunidad no son suficientes para responder a este aumento de la demanda, especialmente en el entorno de las grandes ciudades gallegas, como A Coruña y Vigo.

El creciente número de grandes superficies con las que cuenta A Coruña en la actualidad -a las que recientemente se ha sumado el centro comercial Dolce Vita, el mayor de la comunidad-, así como la expansión de las infraestructuras de transporte y el surgimiento de urbanizaciones en las afueras de la ciudad, han hecho que en los últimos años haya aumentado la demanda de vigilantes de seguridad, una situación similar a la del resto del país. La Asociación Profesional de Compañías Privadas de Empresas de Seguridad (Aproser), que engloba a 13 de las principales compañías que operan a nivel nacional, calcula que en toda España hacen falta 20.000 vigilantes más para responder al crecimiento del sector. En Galicia, esta demanda de profesionales no es tan elevada como en Madrid o Cataluña, aunque sí que existe "una necesidad de mano de obra", sobre todo en los entornos de A Coruña y Vigo, tal y como indicó el secretario general de Aproser, Eduardo Cobas, que apuntó que estas necesidades se deben "al surgimiento de nuevos servicios". "Evidentemente, si en A Coruña se construye un puerto exterior, crece la demanda de vigilancia, al igual que si se abren nuevos centros comerciales", subrayó.

Desde 1992 hasta 2007, el sector de la vigilancia ha crecido una media de un 7% al año en toda España, debido sobre todo al crecimiento del bienestar económico del país. Galicia también ha experimentado una subida, contando en la actualidad con 3.873 vigilantes de seguridad trabajando para alguna de las 68 compañías que operan en las cuatro provincias gallegas, y que el año pasado dejaron unos beneficios de 137 millones de euros.

Así, parece que el sector se librará de la crisis, o al menos, no se verá tan afectado como otras actividades. "A nosotros también nos afecta la mala situación económica, nuestros niveles de crecimiento se han moderado, aunque aún así siguen siendo positivos", comentó el secretario general de Aproser.

En este sentido habla también Roberto Lage, presidente de la Asociación de Empresas de Seguridade de Galicia (Aesga), que mantiene que, hasta hace dos meses, "había una fuerte demanda, pero ahora debido a la crisis ha habido un recorte de gastos en las empresas", que afecta "al personal de limpieza y seguridad". "Sigue habiendo demanda de profesionales", indicó Lage, al tiempo que pidió "una modificación en la Ley" para poder trabajar en sectores en los que hasta ahora no pueden, como algunas urbanizaciones de viviendas unifamiliares o polígonos industriales.

También desde Aproser demandan un cambio en la legislación, sobre todo para poder contratar a inmigrantes. "No me parece lógico que un húngaro pueda ser vigilante de seguridad, y en cambio no podamos contratar a un argentino que lleve años viviendo en España, sólo porque no esté nacionalizado. Y en cambio podemos mandarlos a Afganistán, que no es una cosa demasiado segura", criticó Eduardo Cobas.

El 66% de los gallegos se siente más seguro con agentes privados

Casi siete de cada diez gallegos, un 66,1%, se sienten mucho o bastante seguros cuando van a un lugar en el que hay vigilantes de seguridad, en contraposición con el 27,9% que tiene sensación de inseguridad. Son los datos de un estudio de opinión sobre seguridad privada en Galicia realizado por Aproser en diciembre de 2006, que muestran que la mayoría de los gallegos valoran positivamente el trabajo de los profesionales que velan por la seguridad en la comunidad. Así, un 67,9% tiene una buena o muy buena opinión de los vigilantes de seguridad, mientras que sólo un 10,1% tuvo malas palabras para ellos. Sin embargo, las empresas de vigilancia no están tan bien consideradas, y sólo un 55,9% de los ciudadanos tiene un buen concepto de ellas, frente al 16,2% que las califica de "regulares" o el 8,8% que las ve directamente "malas".

Siete de cada diez gallegos piensan que los vigilantes de seguridad son una ayuda para la sociedad, y casi ocho de cada diez (un 77,2%) creen que son algo necesario. Algo más de la mitad de los encuestados, un 57,2%, consideran que la gente ve a estos profesionales como una figura de autoridad, mientras que un 65,8% está de acuerdo en que los vigilantes lleven armas de fuego durante su trabajo, siempre que estuvieran debidamente formados. Con respecto a la incorporación de inmigrantes legales a las empresas de seguridad, casi nueve de cada diez encuestados (un 88,9%) están de acuerdo en que, si se les forma adecuadamente, trabajen como vigilantes, mientras que sólo un 9,3% se opuso a que los extranjeros no comunitarios puedan velar por su seguridad.