La Demarcación Hidrográfica del Miño-Sil abastece a una población de casi 850.000 habitantes, aunque garantizar su suministro no es ningún problema alguno. La razón no es otra que la proyecciones demográficas con las que se trabaja prevén una reducción de la población de 50.000 personas cada década. En consecuencia, el consumo descenderá irremediablemente.

En el año 2005, la población de esta demarcación requería 82 hectómetros cúbicos para cubrir sus necesidades, pero se calcula que para 2015 harán falta sólo 80,6 hectómetros.

Derivado del descenso del número de habitantes y de una merma de la actividad primaria, también descenderán los consumos destinados a la ganadería y a la acuicultura, porque se prevé una reducción del volumen de ganado y de las plantas de engorde de peces.

Por contra, aumentará el uso del agua destinada al regadío, que hoy por hoy ya representa el 66% del consumo total de la Demarcación Hidrográfica del Miño-Sil. En el año 2005 se dedicaban a regar plantaciones casi 185 hectómetros cúbicos y para 2015 se prevé llegar a los 200.

Sin embargo, el mayor incremento programado corresponde a las ocho centrales térmicas existentes en la demarcación, dos de las cuales son públicas y el resto son autoproductoras de industrias. Sus sistemas de refrigeración necesitan 40 hectómetros cúbicos al año, cantidad que se doblará al llegar a 2015.

La planificación hidrológica no contempla mayores problemas de suministro en el futuro. La única advertencia va en el sentido de que puntualmente se pueden ordenar "algunas restricciones" para el regadío en la temporada estival para garantizar el caudal ambiental de los ríos.