De camino a casa,tras diez días ingresado en el Complexo Hospitalario de Ourense para una operación en la que se le extirparon las glándulas paratiroides y una hernia en la ingle, ya se sintió mal.Tan rápido fue su empeoramiento, que durante el traslado al domicilio el paciente tuvo que parar para entrar por urgencias en otro centro médico, donde le diagnosticaron una peritonitis bacteriana que había contraído durante su estancia hospitalaria y que le provocó la muerte tres semanas después. Su familia denuncia que el paciente recibió el alta antes de tiempo y que durante el postoperatorio no se le dieron todos los cuidados que necesitaba y reclama al Sergas una indemnización de 111.023,93 euros.

Aunque en un primer informe, la Consellería de Sanidade descarta dar la razón a la mujer e hijas del fallecido, lo cierto es que los asesores legales de la Xunta, el Consello Consultivo, opinan todo lo contrario. Creen que se le prestó un“cuidado deficiente” e instan a abonar la cantidad demandada en concepto de responsabilidad patrimonial.

Los hechos se remontan a finales de 2004 y comienzos de 2005. El Consello Consultivo reconoce que el enfermo era consciente de las complicaciones que podrían derivarse de la “singular intervención” a la que fue sometido. Los médicos le informaron en todo momento de que corría el riesgo de que la herida se infectara.

Sobre todo, porque sus sistema inmunológico estaba muy débil por los efectos de un tratamiento de diálisis por insuficiencia renal y la administración de inmunodepresores recibidos con anterioridad.“Y estos daños -señalan los asesores del Gobierno gallego- constaban en el historial clínico del paciente, por lo que se debieron extremar los cuidados y precauciones en orden a su evolución”.

La delicada situación del paciente no acaba ahí. Durante el postoperatorio, la herida comienza a endurecerse y a producirle dolor.Antes de su salida del hospital.“Lo que claramente -indica el dictamen- es insinuante de la irrupción de un proceso infeccioso sobrevenido durante su permanencia en el centro hospitalario que debe obligar y activar con urgencia todas las pruebas diagnósticas y medidas terapéuticas adecuadas a esa situación”. Las posibles infracciones La lista de infracciones denunciadas por la familia del fallecido y que recoge el Consello Consultivo es tan larga como sorprendente: una deficiente limpieza de las heridas,ausencia de un seguimiento exhaustivo del paciente, ausencia de un tratamiento con antibióticos protocolizado, sin cultivos de las heridas “y todo” pese a presentar un hematoma en la ingle, numerosas deposiciones líquidas en el mismo día,anemia importante y los riesgos por los tratamientos anteriores. Una retahíla de complicadas circunstancias que, según el Consello Consultivo, debieron tener en cuenta los responsables sanitarios ante la “necesidad ineludible” de que el enfermo tuviera controles especiales y más intensos antes de recibir el alta. Las evidencias de que el tratamiento y seguimiento del paciente no fueron los adecuados se completan con el hecho de que el alta se dio antes tener los resultados de una prueba de cultivo de heces que ordenó el nefrólogo ante las “importantes alteraciones” detectadas en las analíticas. La indemnización a la que se niega el Sergas y que ahora ampara el Consello Consultivo en concepto de responsabilidad patrimonial asciende a más de 111.000 euros.Su mujer exige casi 70.000 euros; la cantidad para su hija menor de 25 años, 15.527 euros; la misma para sus otras dos hijas mayores de 25;a lo que se añade, como en toda reclamación, el denominado factor de corrección,de un 10%,10.930 euros.