La crisis económica ha obligado a algunas familias a desistir en su propósito de adoptar un niño en el extranjero. Los gastos que tienen que afrontar en este proceso son cuantiosos: pagar los honorarios a la entidad que tramita la adopción, costear el viaje y la estancia en otro país, además de los donativos al centro donde reside el niño. Todo esto puede suponer un desembolso de hasta 40.000 euros para los futuros padres.

Las Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional (Ecais) han constatado que cada vez son menos las solicitudes que les llegan y que algunas familias incluso se dan de baja en plena tramitación. Otras, sin embargo, deciden seguir adelante aunque advierten que se verán en serias dificultades para poder asumir los costes.

"Hay familias que tienen problemas para hacer frente a los gastos y prevemos que puedan ir creciendo los impagos", explica Eva Alonso, de ADDIS-Galicia. Adoptar un niño en el extranjero requiere de tiempo pero también de dinero. Muchas parejas llevan ahorrando durante los últimos años para poder asumir los gastos del proceso. Sin embargo, a otras, la crisis económica las ha pillado desprevenidas y en pleno proceso de adopción. "Hemos tenido ya algún caso que se ha dado de baja, pero sobre todo lo que ha ocurrido es que muchas familias han cortado el proceso antes incluso de empezarlo", explica Mamen García, de Adecop.

El coste de la adopción varía mucho en función del país de donde proceda el niño. Rusia es la opción más cara. Las Ecais advierten a las parejas que el gasto total puede rondar los 40.000 euros. También Panamá y Vietnam exigen un importante esfuerzo económico para los futuros padres, superior a los 20.000 euros. Por el contrario, lo más barato suele resultar Colombia o China que rondan los 12.000 o 14.000 euros.

En el actual momento de crisis no todas las familias disponen de este dinero. "Se nota bastante hay un bajón en las tramitaciones", explica Lorena Fidalgo, de Balms-Fundación para la Infancia.

Cada Ecai cobra unas tarifas en las que se incluyen los gastos legales y de gestión. Normalmente se cobra de forma fraccionada para facilitar el pago. El mayor desembolso se efectúa, sin embargo, cuando llega el momento de recoger al niño en su país de origen. Las familias tienen que desplazarse y permanecer hasta quince días en el extranjero costeando de su bolsillo los gastos del viaje y el alojamiento. A esto se suma que algunos países exigen un donativo para el orfanato en el que se encuentra el menor y que puede rondar los 3.000 euros, como en el caso de Vietnam o China.