Hemos perdido a un celtista", se lamentaba ayer el vicepresidente del club,_Ricardo Barros, que también expresaba sus condolencias por las familias de las demás víctimas. El Celta era para Juan Camilo Mouriño una pasión intensa, que le llevaba a trasnochar para ver los encuentros del equipo a través de internet. Y lo es para su padre, que ha dejado instrucciones claras para que el club funcione correctamente en su ausencia.

El Celta se despertó ayer con la noticia del fallecimiento de Juan Camilo Mouriño, que los principales colaboradores del presidente ya habían conocido de madrugada. Captada en el boca a boca, o directamente de la televisión, los empleados fueron llegando a la sede con el rostro compungido. Fue una jornada larga y difícil, de silencio espeso roto por las múltiples llamadas de condolencia que el club quiso agradecer._El vicepresidente, Ricardo Barros, flanqueado por el resto de consejeros (salvo Pedro Posada, de viaje) y directores de área, expresó el sentir de la entidad "en la primera y única vez que queremos hablar de este tema".

"Es un día muy triste", constata el dirigente. "Estamos muy nerviosos por lo que ha sucedido". Aunque añade que el acontecimiento no afectará al Celta, ni en su presente ni en sus planes de futuro: "El club, hoy más que nunca, va a seguir trabajando a tope. Hemos estado con los jugadores por la mañana. Todo continuará exactamente igual. Nuestro presidente estará fuera no sé qué cantidad de días. Pero el Celta seguirá funcionando. Los jugadores me decían que le van a brindar al presidente la victoria de Córdoba. Pondremos todo el empeño".

Carlos Mouriño, que iba a acompañar a la expedición a la ciudad andaluza, tuvo que organizar a toda prisa su viaje a México en compañía de su hija,_Marian, la directora de marketing del club, que se encuentra en la fase media de gestación de su embarazo. Puede presumirse la consternación del presidente, la confusión del dolor inesperado. Pero incluso en esos instantes pensó en lo que dejaba atrás, según revela Barros. El vicepresidente despidió a los Mouriño en Peinador junto al director general celeste, Antonio Chaves, y a Manuel Estévez, estrecho colaborador. "Nos dio un mensaje que nos ha llegado al corazón. Cada día nos demuestra más su celtismo, el cariño que le tiene a este equipo. Al director general le encomendó que por favor trabajase más que nunca en llevar a término la ley concursal, que va por buen camino. A Manolo Estévez, persona de su confianza en sus empresas, que se dedicase de pleno a ellas. Y me pidió a mí, con estas palabras: ´Amigo, quiero que traigas los tres puntos de Córdoba´".

La afición futbolística ligaba a padre e hijo. Barros conocía de primera mano el entusiasmo de Juan Camilo, que asistió en Balaídos a aquel Celta-Getafe con el que se cerró la Liga 06/07 y que no sirvió para evitar el descenso celeste. Desde entonces, ansiaba el ascenso. "Juan Camilo, en paz esté, era un socio y un aficionado del Celta. Hace unos días estuve en México y estuvimos viendo el partido de Albacete a las cinco de la mañana a través de internet", revela Barros. "Hemos perdido a un gran celtista. Pero le vamos a demostrar que llevaremos a este equipo donde se merece y él podrá verlo desde donde esté.